Blanca y radiante se la vio a Dilma Rousseff hoy durante su acto de asunción como presidenta de Brasil. Con un traje blanco, aros y collar de perlas, y el pelo corto apuntando hacia el cielo, la nueva mandataria prometió que profundizará el esfuerzo de integración en América Latina.
No hace falta mucha ciencia para darse cuenta de que Rousseff tuvo un marcado cambio de imagen durante su campaña este año. Decidida a apostar a la imagen para conquistar más votos, convocó al afamado peluquero de San Pablo Celso Kamura, que desde hace años firma el peinado de numerosas celebridades brasileñas. Así, en cuestión de días dejó atrás su pelo por los hombros y su flequillo de costado por un corte de pelo mucho más moderno y un poco más claro que antes.
El cambio coincidió con un tratamiento de quimioterapia que Rousseff realizó después de que le detectaran un cancer linfático en 2009. “Tuve que usar peluca bastante tiempo”, cuenta Rousseff en una entrevista con la Revista Noticias.
El maquillaje y el vestuario de la ahora Jefa de Estado también experimentaron cambios, a cargo del gurú en marketing João Santana. El nuevo look resultó de una tentativa de rejuvenecer y “ablandar” a la candidata que se muestra como una “dama de hierro” frente a los medios y carece del carisma de su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva. “Dicen que el cambio era necesario para conquistar a los estratos más pobres del país y a los propios afiliados al PT”, afirmó Rousseff en la entrevista ya citada.
El vestuario, en el que abundan los tonos neutros y claros, y los tejidos naturales y prendas de cortes clásicos estuvo a cargo del aclamado diseñador Alexandre Herchcovitch. Y como si fuera poco, además, la candidata decidió pasar por el quirófano para hacerse una cirugía de párpados y un rejuvenecimiento facial a cargo del doctor Renato Viera.
Rouseff hoy se sumó a las numerosas mujeres Jefas de Estado en Sudamérica. En Argentina, Cristina Fernández de Kirchner asumió la presidencia en octubre de 2007 y se convirtió en la primera presidenta electa del país. En Costa Rica, Laura Chinchilla subió al poder en mayo de 2010 como la primera mujer presidenta del país centroamericano. Michelle Bachelet, por su parte, fue presidenta de la República de Chile entre marzo de 2006 y marzo de 2010.
Rousseff es descripta por sus allegados como una mujer de temperamento explosivo y sonrisa difícil. Llegó al poder de la mano y a la sombra de su padrino político, Lula. Nacida el 14 de diciembre de 1947, la "dama de hierro" de la política brasileña tiene una hija, Paula, y un nieto, Gabriel. En su juventud, Rousseff integró dos organizaciones armadas clandestinas de oposición a la dictadura militar, el Comando de Liberación Nacional (Colina) y la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares (VAR Palmares), aunque su grado de participación en acciones armadas es aún motivo de polémica. Arrestada en Sao Paulo en enero de 1970, fue condenada inicialmente a seis años de prisión pero finalmente fue liberada en 1972. Durante su arresto, fue sometida seguidamente a torturas para que revelara nombres de otros militantes.