El flamante secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, dijo que el celibato de los sacerdotes no es un dogma, que “se puede discutir”, y desde entonces no se habla de otra cosa en los alrededor del “Cuppolone”, como se llama en Roma a la gran cúpula de la Iglesia de San Pedro. Desde que se conocieron las palabras pronunciadas por el estrecho colaborador de Francisco al diario venezolano El Universal la noticia es comentada entre las comunidades de base y los fieles, para los que la propuesta tendría un gran éxito.
“Es una idea revolucionaria que podría mejorar la vida dentro y fuera de la Iglesia. Solucionaría parte del gran problema de la falta de vocación al sacerdocio entre los jóvenes”, sostiene el padre Antonio Salina, franciscano de 51 años, que recibió la noticia tomándose un café a lado de la plaza de San Pedro con sus fieles, llegados en visita a la ciudad eterna con la esperanza de ver a Francisco.
Familia Cristiana, la revista más leída en Italia, representante del ala progresista de la Iglesia, publicó la opinión de su director, don Antonio Sciortino, que destruyó, uno a uno, todos los argumentos tradicionalistas contrarios a la abolición del celibato de los sacerdotes.
“El celibato no puede ser una elección pasiva, tiene que ser una elección auténtica, vivida con serenidad. Para esto sería necesaria una buena formación humana y espiritual –advirtió Sciortino, cuya opinión es muy influyente en los ambiente católicos italianos–. En la Iglesia occidental el celibato existe más por razones de oportunidad que por razones teológicas o doctrinales. En algunos momentos históricos se consideró que los sacerdotes no tuvieran hijos para evitar que hicieran reivindicaciones de derechos de herencia sobre propiedades de la Iglesia.”
Pío XII concedió a los sacerdotes anglicanos mudados a la Iglesia Católica poder mantener su familia, incluidas sus esposas. Los ambientes más conservadores de la curia romana se preocupan con este dato: Pío XII es un referente absoluto en materia de doctrina.
Pero no todos quedaron entusiasmados con la propuesta del secretario de Estado. Andrea Romano tiene 35 años, es estudiante de la Universidad Gregoriana, y se opone a anular el celibato. “Jesús fue célibe, el suyo es el único ejemplo que hay que seguir, no hay que tener otros modelos.”
El debate sobre el celibato se produce en medio de los primeros seis meses de papado de Francisco. Federico Lombardi, el muy influyente portavoz del Vaticano, advirtió en La Repubblica los momentos que está viviendo la Santa Sede. “El dinamismo de estos primeros meses de pontificado es fuerte. Debemos seguir las muchas iniciativas del papa Francisco, entender su estilo y encontrar las fórmulas mejores para comunicarlo”, sostuvo. Muchos cambios desde la era Ratzinger, parece sugerir entre líneas.
“Es bastante pensar en las homilías de la misa de la mañana en Santa Marta, improvisadas, sin texto escrito –sigue el padre Lombardi–. Ha sido necesario inventar una fórmula capaz de comunicar estos contenidos. Sin duda cambió mucho la atmósfera. Se cambió la página.” Fueron seis meses en los que se modificó el rumbo que tenía el Vaticano. Y si la propuesta de terminar el celibato realmente avanza, la transformación será mayor.
Teología de la Liberación
El reciente encuentro entre el papa Francisco y el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, referente de la Teología de la Liberación, marcó una novedad para la Iglesia Católica en sus primeros seis meses de pontificado. La audiencia privada que mantuvo ayer con el padre de esa corriente constituyó un acercamiento, tras décadas de ser marginada y cuestionada por el Vaticano.
Así, el Papa tendió un nuevo puente con la Teología de la Liberación. El religioso peruano es considerado el padre de la corriente que en la década de 1970 se inspiró en la profunda desigualdad social de América latina y trazó un modo de profesar la fe cristiana que incluyera a los pobres.