INTERNACIONAL

El "exilio" de la infanta Cristina

Alejada de los problemas causados por su marido, Iñaki Urdangarín, buscará refugio en Ginebra.

Cristina de Borbón, hija del rey, autoexiliada en Suiza.
| AFP

En lo que simboliza un paso más hacia su alejamiento de la Familia Real, la infanta Cristina de España mudará su residencia a la ciudad suiza de Ginebra, con sus cuatro hijos pero sin su marido. El duque de Palma, Iñaki Urdangarín, permanecerá en España, donde se encuentra imputado judicialmente por presuntos delitos de prevaricación, malversación, falsedad documental y desvío de fondos públicos.

Según fuentes cercanas a la familia, Cristina de Borbón -segunda hija del rey Juan Carlos de España-, trabajará como gestora y coordinadora de programas del Área Internacional de la “Fundación La Caixa”, para la que trabaja desde 1993. Se trata de la segunda vez que la infanta fija su residencia fuera de España, tras varios años en Washington DC, ciudad desde la que tuvieron que regresar en 2012 tras estallar el polémico “Caso Nóos”.

La infanta -de 48 años- no aparece con la familia real en actividades oficiales desde octubre de 2011, un mes antes de que se hiciera pública la presunta participación de Urdangarín en el desvío de dinero público de los gobiernos comunitarios de Islas Baleares y Valencia.

Poco después el rey hacía referencia indirecta al caso que afecta a su yerno afirmando, en el discurso de Navidad de 2011 que nadie estaba “fuera de la Ley”. El duque de Palma -título que tiene desde su boda en 1997- fue separado de todas las actividades oficiales de la Casa Real y su nombre fue borrado de la página web real.

Entre rumores, poco consistentes, de separación entre los duques de Palma, la Familia real quedó fragmentada: la reina Sofía evita a toda costa que estos problemas influyeran en la relación con su hija y nietos, pero el rey Juan Carlos y el príncipe Felipe -heredero del trono español- marcaron una abismal distancia con Urdangarin, considerando que su conducta contribuyó seriamente al deterioro de la imagen pública de la Corona.

Cuando, el pasado 3 de abril, el juez Castro imputó a la infanta, la Casa Real guardó silencio hasta lograr que se retirara la imputación, acto que fue condenado por políticos republicanos e izquierdistas, quienes consideraron que la Corona tiene demasiados privilegios.

El partido Izquierda Unida criticó la “abominable” decisión de la infanta Cristina de trasladarse a Suiza, según ‘El Huffington Post’. Para el diputado de IU Joan Josep Nuet el traslado de la hija del rey a Ginebra es “una huida de su responsabilidad en el país por su grado de implicación” en el “asunto tan turbio” del caso Nóos.

El "autoexilio" de la infanta Cristina -que, según voces oficiales, corresponde a motivos meramente profesionales y no personales- sigue de forma curiosa una larga tradición de exilios y enemistades familiares de la Familia Real Española.

Los sucesivos reyes Carlos IV, Fernando VII, Isabel II y Alfonso XII fueron reyes "de ida y vuelta" y sufrieron en carne propia el exilio. Isabel II se tuvo que ir de España en 1868, tras el estallido de la Revolución Gloriosa. Su despreciado marido se fue a vivir a París, aparentemente con un amante, mientras el rey “suplente”, el italiano Amadeo Saboya, padeció lo propio en 1873, tras dos años de difícil reinado.

Uno de los exilios más escandalosos fue el de la infanta Eulalia de Borbón, quien fue expulsada de España por su sobrino, Alfonso XIII, luego de publicar ella unos libros autobiográficos que fueron considerados muy críticos hacia la corte española. A su hijo, Luis Fernando de Orleáns, que era homosexual, le fue retirado el título real tras una serie de escandalosos incidentes en la noche parisina.

Alfonso XIII debió partir al exilio en Roma en 1931; su esposa, la reina Victoria Eugenia de Battenberg, tomó un camino distinto y se fue a Ginebra, donde vivió hasta su muerte. Desde entonces, la mayoría de los miembros de la dinastía española vivieron fuera de España, en la mayoría de los casos con serios problemas financieros.

El hijo y presunto heredero de Alfonso XIII, don Juan de Borbón se casó y vivió en el exilio, especialmente en Portugal, durante el franquismo. Y en el exilio nació y vivió el rey Juan Carlos hasta que Franco permitió que se instalara definitivamente con su esposa en 1962.