El papa Benedicto XVI ofició hoy una misa multitudinaria al aire libre en Ratisbona, en el sur de Alemania, donde hizo alusión al evolucionismo y advirtió que la ciencia por sí sola no explica el origen del mundo refiríendose a un tema polémico, incluso entre los teólogos cristianos: el evolucionismo frente al creacionismo.
Siguiendo un razonamiento teológico propio del profesor de dogmática que fue de 1969 a 1977 en la universidad de Ratisbona dijo: " ¿Qué existe en el origen? La razón creadora, el espíritu que obra en todo y suscita el desarrollo, o la irracionalidad que, despojada de toda razón, produce extrañamente un universo ordenado de manera matemática, así como el Hombre y su razón?”.
"En este caso, sería entonces solamente el resultado casual de la evolución y, por tanto, en el fondo, también algo irracional", argumentó.
De nada vale, afirmó el Papa, tratar de explicar el origen del mundo con unos cálculos que nunca aciertan.
El Sumo Pontífice dijo también que “ el fanatismo destruye la imagen de Dios” e instó a los fieles reunidos en la explanada de Islinger Feld, a las afueras de Ratisbona, a definir sin ambigüedades sus creencias frente al fanatismo y los orientó resumiendo en una frase quién es el Dios de los católicos.
"Pues bien, creemos en este Dios que es el espíritu creador, la razón creadora de donde todo procede y de donde también venimos nosotros", explicó el máximo jefe de la Iglesia católica ante más de 220.000 peregrinos.
El Papa alemán también se refirió a la existencia de enfermedades mortales que corroen la fe y un fanatismo que de alguna manera atenta contra Dios.
"Hoy en día, en que hay patologías y enfermedades mortales de la religión y de la razón, destrucciones de la imagen de Dios a causa del odio y del fanatismo, es importante decir con claridad en qué Dios creemos", afirmó durante la homilía concelebrada en un altar situado cerca de una inmensa cruz.
Esta es, según dijo, la única forma de vencer el ateísmo de las sociedades modernas, originado y alimentado por el miedo a Dios.
El Sumo Pontífice pasara el día de mañana pasará junto a su hermano y el jueves se trasladará a Friesing y luego a Munich para regresar a Roma.