“Test, test, test”, instó la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la comunidad internacional para identificar y aislar a los pacientes con coronavirus, correr delante de la epidemia, y planificar estrategias eficaces para ralentizar la propagación y evitar que los sistemas sanitarios colapsen. Corea del Sur es, por el momento, el país que más aplicó esa estrategia, llegando a practicar 18 mil exámenes por día a pacientes con síntomas de Covid-19, con una estrategia política basada en la transparencia, información y tecnología de última generación.
El plan del gobierno de Moon Jae-in es distinto al de China, Europa y Estados Unidos. Sin las medidas de control y coerción social del gigante asiático, atacó el problema con ciencia y medicina. Corea es el país que más tests hizo hasta el momento en 633 centros distribuidos por todo el país, por lo que los datos que informa parecen ser los más fiables en la comunidad internacional. Su estrategia empieza a dar frutos: si bien registra un total de 8.236 casos, su tasa mortalidad es mucho más baja que la de España e Italia, con sólo 75 víctimas fatales, es decir, una tasa del 0,9%. La OMS informaba que en España se reportaban ayer 7.753 contagios y 288 muertes.
Lo interesante es la curva epidémica de Corea, que registró su primer caso el 22 de enero, entre una semana y diez días antes que los países europeos. Tras un brusco ascenso de los contagios a fines de febrero, cuando el gobierno empezó a hacer análisis a gran escala, logró achatar la curva en marzo. El 7 de este mes, reportaba 7 mil casos, subiendo en los últimos días un 17%, mucho menos que el 25% de aumento diario en los contagios en España. Ayer Seúl reportó 74 casos nuevos, la menor cantidad de las últimas tres semanas.
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Las autoridades suspendieron las clases y sugirieron que los trabajadores hagan teletrabajo, pero no cerraron las fronteras ni los vuelos. El embajador de la República de Corea en la Argentina, Jang Myung-soo, explicó a PERFIL que la clave fue una “información total y abierta” por parte de las autoridades, el comportamiento de la población acatando las instrucciones y, también, un desarrollo tecnológico de punta. “Mediante portales específicos, mensajes de texto a la población, acceso a través de celulares, puntos de información en distintos lugares y comunicados en medios, el gobierno informó cifras de contagios, zonas más afectadas, centros de atención disponibles La buena comunicación reforzó la confianza de la población en las medidas institucionales”, explicó.
“En lugar de cordones sanitarios en todas las ciudades y aislamientos universales, el gobierno ha desarrollado una aplicación para teléfonos inteligentes que permite la autocuarentena de las personas que han estado en contacto con el coronavirus, conectándolos con trabajadores sociales y monitoreándolos para asegurar que sigan las órdenes de cuarentena”, escribió en Foreign Policy Matthew Kavanagh, profesor de Políticas Globales de Salud de la Universidad de Georgetown.
Esos datos no revelan necesariamente que el país asiático esté derrotando la epidemia, sino que sus estadísticas son más fiables y que, por lo tanto, las autoridades pueden implementar políticas públicas más eficaces para enfrentar la pandemia. Corea corre a la par del coronavirus, mientras que Occidente reacciona tarde y, por lo general, mal.