Este domingo los ojos de la región estarán puestos en las elecciones presidenciales de Colombia. En medio de la cuenta regresiva al balotaje, las encuestas previas a la veda electoral arrojaron un empate técnico entre los candidatos "anti-establishment" y sirvieron de preludio del cambio de paradigma que se avecina en el país de tradición conservadora.
El domingo 19 de junio los colombianos acudirán a las urnas para elegir al reemplazante del impopular Iván Duque para el período 2022-2026. La pulseada final será entre el izquierdista Gustavo Petro y el independiente Rodolfo Hernández. Ambos representan dos modelos radicales de cambio y reflejan el hartazgo social frente a una crisis socioeconómica que no da respiro y una clase política que no da respuestas.
Dos modelos opuestos con un rasgo en común: la necesidad de un cambio
De cara al balotaje, las últimas encuestas previas a la veda electoral en Colombia refleraron un empate técnico ("voto finish") entre el senador Gustavo Petro (de 62 años) y el empresario Rodolfo Hernández (77), los candidatos que rompieron con la lógica del sistema político colombiano.
El exalcalde de Bogotá, Petro fue el líder indiscutido en las encuestas previas a la primera vuelta donde se impuso con el 40% en los comicios del pasado 29 de mayo. Es la tercera vez que el economista (exguerrillero que firmó la paz en los noventa) compite por la presidencia. Representó la promesa de un histórico giro a la izquierda por primera vez en la historia.
"No llegaré al gobierno para buscar venganzas personales (...) ni pensaré en confiscar o menoscabar la propiedad privada", anticipó Petro para atraer a los indecisos en un país de fuerte tradición conservadora.
Hernández, un excéntrico magnate de la construcción que fue la sorpresa al obtener el segundo lugar con el 28% de los votos y haber dejado en carrera a Federico "Fico" Gutiérrez, el candidato del expresidente e histórico armador de la política colombiana, Álvaro Uribe. Para lograrlo, el exalcalde de Bucamaranga se apropió de la bandera de la "anticorrupción" y montó una bizarra campaña en las redes sociales, además de hacer una serie de promesas "populistas".
"Pueden votar por el que les va a sacar la plata de los bolsillos o por mí, que voy a poner la plata en los bolsillos de todos ustedes", declaró en los últimos días Hernández, el "outsider" de la política que desplazó al candidato de la derecha de manera sorpresiva.
Los desafíos del nuevo presidente de Colombia
En línea con las últimas mediciones, el resultado ajustado del balotaje podría condicionar la gobernabilidad, lo que se suma a los desafíos que conllevará la máxima investidura del segundo país más desigual del continente (según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe) de 50 millones de habitantes.
Entre ellos se destaca la crisis socioeconómica por la que el nivel de pobreza es cercano al 40% y el desempleo en un 11%. A esto se suma la creciente inseguridad ligada a varios grupos armados financiados por el narcotráfico, cientos de líderes sociales asesinados, los disidentes del acuerdo de paz con las FARC, y la recomposición del vínculo con Venezuela.
A horas de la votación, lo único cierto es que gane quien gane el nuevo gobierno representará un cambio de paradigma que hará historia en el país sudamericano, con dos modelos radicales de cambio que surgieron a partir del hartazgo social frente a los partidos tradicionales que no pudieron sacar al país de la crisis socioeconómica cuyo emblema fue los sangrientos estallidos sociales del 2019, 2020 y 2021 que provocaron decenas de muertos por la represión policial.