Desafiando todos los pronósticos, el partido socialista (PSOE) liderado por el presidente del gobierno Pedro Sánchez perdió por poco ante los conservadores las elecciones legislativas de este domingo en España, pero están en cerca de renovar su mandato con el apoyo de otros partidos. Con el 100% de los votos escrutados, el Partido Popular (PP) de Alberto Núñez Feijóo consiguió 136 diputados y el PSOE 122, mientras que sus respectivos aliados potenciales, el partido de extrema derecha Vox y el de izquierda radical Sumar, consiguieron respectivamente 33 y 31.
La práctica totalidad de los sondeos daban ampliamente ganador a Feijóo, y el único debate era si necesitaría a la extrema derecha, lo que hubiera supuesto el regreso de un partido de esta tendencia al gobierno español por primera vez desde el fin de la dictadura franquista en 1975.
El PP consiguió 136 escaños y superó al PSOE, pero no logró la mayoría ni con el apoyo de Vox
"El bloque involucionista del Partido Popular con Vox han salido derrotados", celebró Sánchez a los miles de partidarios congregados ante la sede del PSOE en Madrid. "Somos muchos más los que queremos que España siga avanzando a que siga el camino del retroceso marcado por el Partido Popular con Vox. Así que España, españoles, compañeros, somos más, muchos más los que queremos que España avance y así seguirá siendo".
"Es la primera vez que un PSOE que pierde las elecciones celebra una derrota frente a su sede nacional", dijo la cúpula del PP.
Si un partido consigue la mayoría absoluta en el Congreso español –la mitad más uno, 176 escaños– puede gobernar solo. Pero, si no lo consigue necesita establecer alianzas hasta que la Cámara Baja avale por mayoría simple a un candidato presidencial. Un ejemplo claro es el del Gobierno actual: el PSOE tuvo que pactar con Unidas Podemos para gobernar en 2020. Así, consiguió que 167 parlamentarios votaran a favor de investir a Pedro Sánchez como mandatario, frente a los 165 que votaron en contra.
El líder del PP reivindicó la victoria en las elecciones españolas y reclamó formar gobierno
El bloque de derechas PP+Vox suma 169 diputados y el de izquierda PSOE-Sumar 153, pero este último está en mayor medida de conseguir el apoyo de nacionalistas vascos, catalanes, y otros partidos minoritarios para alcanzar los 176 votos que marcan la mayoría absoluta en el Congreso y lograr la investidura. Muchos de estos partidos anunciaron que nunca votarían a un gobierno del que formara parte la extrema derecha.
Pese a ello, Feijóo reivindicó su victoria y pidió formar gobierno: "como candidato del partido más votado, creo que mi deber" es "intentar gobernar nuestro país", dijo ante sus seguidores reunidos ante la sede del PP de Madrid.
Qué pasará con Pedro Sánchez
Presumiblemente, a partir del lunes empezarán las negociaciones entre los diferentes partidos para formar gobierno, y en un mes se constituirá el Parlamento.
"Podemos decantar la balanza", dijo el diputado independentista catalán Gabriel Rufián, cuyo partido ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) logró 7 diputados, y que adelantó que pediría un referéndum de independencia a cambio de su apoyo a Sánchez. "Nuestros votos serán decisivos una vez más", coincidió Andoni Ortuzar, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que consiguió cinco escaños.
Una vez constituido el Parlamento, el rey Felipe VI recibirá a representantes de las diferentes fuerzas parlamentarias y propondrá un candidato a la investidura, que deberá contar con el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, en una primera votación, o de mayoría simple en la siguiente. Si en definitiva no hubiera una mayoría viable, ni de derechas ni de izquierdas, el país se vería abocado a nuevas elecciones dentro de unos meses.
La supervivencia de los socialistas españoles es un alivio para la izquierda europea, que ya perdió Italia el año pasado y que ahora solo gobierna en media docena de los 27 países miembros de la Unión Europea. Un factor movilizador de la izquierda en estas elecciones fue el temor a que la extrema derecha entrara en una coalición de gobierno, más cercana aún después de que PP y Vox pactasen en varios gobiernos locales y regionales.
Sánchez martilleó que tal alianza sería "un retroceso para España" y algo mal visto en Europa, mientras que la líder de Sumar, Yolanda Díaz, dijo este domingo por la noche que "la gente va a dormir más tranquila". "El Partido Popular ha perdido apoyo con los últimos movimientos de la campaña mientras que en paralelo, el Partido socialista ha conseguido movilizar a su electorado", sostuvo Giselle García Hípola, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Granada.
Al cierre de los comicios, Sánchez recordó ante una multitud que los que planteaban "el machismo, el retroceso en derechos y en libertades han fracasado" y el bloque involucionista que formaban PP y Vox fue "derrotado". Finalmente afirmó que los que quieren que España siga avanzando y se aparte del camino de retroceso que marcan PP y Vox son muchos más y anticipó a un nuevo gobierno de izquierdas al señalar: "y así seguirá siendo".
El superviviente de la política española
Acostumbrado a las grandes remontadas, Pedro Sánchez, logró otro giro de guión en su convulsa carrera al contrariar los sondeos que anticipaban una derrota de la izquierda en las legislativas, asegurándose así opciones de seguir en el poder. "Aprendí a esforzarme hasta que el árbitro pita el final del encuentro", aseguró en una autobiografía titulada "Manual de resistencia".
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) -apodado "El Guapo" al comienzo de su carrera- ya había sido dado por muerto políticamente varias veces estos últimos años. Pero, hasta ahora, siempre había logrado darle la vuelta. Y, aunque esta vez no logró el ansiado triunfo su posición, a priori, más favorable para tejer alianzas, le permitió salir con vida del arriesgado adelanto electoral con el que respondió a la debacle de la izquierda en los comicios locales de mayo.
Nacido el 29 de febrero de 1972 en Madrid de una madre funcionaria y de un padre empresario, Pedro Sánchez cursó Economía en Madrid y Bruselas. Concluyó sus estudios con un controvertido doctorado en una universidad privada madrileña, acusado de haber plagiado su tesis, algo que él desmintió insistentemente. Militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) desde la adolescencia, un Sánchez por entonces casi desconocido se convirtió en su secretario general en 2014 tras las primeras primarias celebradas en esta formación centenaria.
Dos años más tarde, sin embargo, recibiría un duro revés cuando, tras cosechar los peores resultados electorales de la historia del partido, fue defenestrado del liderazgo socialista en una rebelión interna del PSOE. Pero gracias al apoyo de los militantes, Sánchez volvió por la puerta grande siete meses después, tras haber hecho campaña en su automóvil por toda España con un puñado de fieles para seducir a los militantes socialistas, que lo reconducirían al frente del partido.
Esta tenacidad lo llevaría al poder en junio de 2018 tras un nuevo golpe de efecto. Aglutinando a toda la izquierda, además de a los independentistas vascos y catalanes, consiguió derribar con una moción de censura al conservador Mariano Rajoy, debilitado por un escándalo de corrupción, y convertirse en presidente del gobierno.
La falta de una mayoría estable le acabó obligando después a convocar dos elecciones legislativas consecutivas en 2019, en las que venció. Finalmente, decidió formar un gobierno de coalición con sus antiguos enemigos íntimos de la izquierda radical de Podemos, con los que logró mantenerse en el poder.
Pedro Sánchez "tuvo que adaptarse a las situaciones", resume Paloma Román, politóloga de la Universidad Complutense de Madrid, quien lo describe como un "superviviente" de perfil "pragmático".
Pese a gobernar en minoría, durante su mandato consiguió impulsar un vasto abanico de reformas, como la subida de casi un 50% del salario mínimo, una reforma del mercado laboral destinada a reducir la precariedad o la ley que rehabilita la memoria de las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939) y de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).
Pero el socialista tuvo que afrontar numerosas polémicas con la izquierda radical, además de las críticas por el apoyo que recibió su gobierno del partido separatista vasco Bildu, heredero de la vitrina política de ETA, que incomodaron incluso a sectores de su partido y afectaron a su imagen. Formaciones a las que este antiguo miembro del equipo del alto representante de la ONU en Bosnia deberá volver a seducir si pretende conformar una nueva mayoría para seguir gobernando.
afp / ds