La crisis europea pega fuerte. Tan es así que en Barcelona, España, ha llegado la orden de controlar la cantidad de papel higiénico que usan los estudiantes.
Las escuelas públicas de Barcelona que dependen del Consorcio de Educación (en el que figuran la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona), recibieron a finales de septiembre una carta en donde se especifica el "establecimiento de ratios máximas de consumo de papel secamanos, higiénico y otros".
Tal como informa el diario El País, la carta explica que "pese a que en la mayoría de centros el consumo se sitúa en niveles asumibles, se ha detectado la existencia de diferencias significativas entre centros", lo que ha llevado a establecer "normas igualitarias de consumo".
La segunda página de la carta es un cuadro con las ratios máximas de consumo mensuales por alumno: 25 metros de papel higiénico doméstico, 22 de papel higiénico industrial, 11 de bobinas secamanos y 15 de toallitas zigzag (20 en las escuelas especiales).
La misiva, dirigida a los directores, advierte de que el Consorcio dispone del estudio centro por centro y que el consumo máximo se ha establecido a partir de "la parte alta de la media aritmética" del consumo detectado.