INTERNACIONAL

En la realeza europea la Navidad tiene dos caras

En Sandringham (Inglaterra) y en La Zarzuela (Madrid), Isabel II y Juan Carlos de Borbón enfrentan unas fiestas muy distintas. Un año para recordar u olvidar. Fotos. Galería de fotos

Dos fiestas muy distintas tendrán las casas reales de Inglaterra y España.
| Cedoc

Dos navidades muy distintas vivirán en Sandringham (Inglaterra) y en La Zarzuela (Madrid), las familias de la reina Isabel II y del rey Juan Carlos, respectivamente. Porque mientras la reina británica planea reunir a toda su familia para celebrar el final de un año pródigo en popularidad, los reyes de España poco tienen que celebrar de lo que se dio en llamar “el annus horribilis” de la monarquía española.

Los conflictos sociales, económicos y políticos de España, un par de operaciones y una salud muy deteriorada, las críticas hacia la princesa Letizia y el gravísimo caso de corrupción en que está implicado el yerno del rey, marcaron el año que termina para la familia del rey Juan Carlos, e hicieron tambalear la, hasta ahora, serena imagen de su familia.

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Con su yerno, Iñaki Urdangarín, “exiliado” en Washington y apartado oficialmente de la monarquía, esta vez Juan Carlos de Borbón no compartirá la mesa navideña con su hija Cristina ni con sus nietos. Tampoco están en el palacio de La Zarzuela los hijos de la infanta Elena, que pasarán la Nochebuena con su padre. Se duda incluso de la presencia de la misma Elena.

El 24, antes de la cena, TVE transmitirá el mensaje navideño de don Juan Carlos, que, dadas las circunstancias especiales que vivieron él y su familia este año, se espera que sea muy especial. Posteriormente, y según se acostumbra, los reyes cenan con sus hijos y nietos, y con las hermanas de Juan Carlos y sus respectivas familias.

El personal de palacio prepara un buffet que los invitados se sirven personalmente para que los sirvientes no tengan que trabajar esa noche. En el menú no faltan faisán, cordero y varios pescados para quien no coma carne, como la reina Sofía. De postre, turrones, variedad de frutas y frutos secos amenizarán la Navidad más triste del rey Juan Carlos.

Al otro lado del Canal de La Mancha, Isabel II prepara una mesa para 29 invitados, entre hijos, yernos, nueras, nietos, bisnietos y sobrinos. Por primera vez en más de diez años estarán todos juntos, sin embargo, en un palacio en el que no hay espacio para todos. Para eso, varios cocineros y mozos de la residencia real debieron abandonar sus habitaciones para dar lugar a los nietos y sobrinos de Isabel.

Será esta la primera “Navidad real” de Kate Middleton, la más reciente incorporación a la familia y causa del alto índice de popularidad que la monarquía británica se ganó este año. También estará por primera vez el ex capitán del seleccionado inglés de rugby, Mike Tindall, que se casó en julio con una nieta de la reina.

La prensa inglesa apunta a que su presencia podría llegar a ser muy incómoda en la familia, debido al escándalo que provocaron las fotos en la que se lo ve celebrando la victoria de un partido dándole besos a una chica, apenas unas semanas después de casarse.

Situada en cerca de 600 hectáreas de bosques, Sandringham fue la residencia privada de cuatro generaciones de reyes británicos desde 1862. La casa en sí siempre es más bien pequeña y más de un visitante comentó sobre el particular “hacinamiento” de la vivienda.

“Sandringham es una casa muy grande para los estándares de cualquiera”, apunta el diario Daily Mail, “pero este año estarán amontonados como sardinas. Con todos los nuevos maridos, esposas y niños será la mayor reunión real en años”.

Según el Daily Mirror, la finca está embrujada: “Hay viejas partes de la casa adonde nadie quiere ir o encontrarse solo”. Además, afirma que en los años 80 el príncipe Carlos y su asistente personal estaban buscando algunas fotos viejas cuando sintieron frío y tuvieron la sensación de que alguien estaba detrás de ellos. También en 1996 un sirviente salió corriendo del sótano tras ver, según afirmó, el fantasma de uno de los criados favoritos de la reina, Tony Jarred, muerto el año anterior.

Allí, la familia de Isabel II compartirá una cena e intercambiará regalos. De acuerdo a la frugalidad de la reina y el hecho de que la Familia Real puede tener prácticamente cualquier cosa que desee, los regalos intercambiados son normalmente artículos curiosos o de broma, de bajo costo, en lugar de regalos caros y lujosos.

Al otro día, 25 de diciembre, Isabel II y toda su familia asistirán al servicio religioso en una iglesia cercana, y se espera que, con la flamante presencia de Kate, sean muchos los curiosos que se acerquen a saludarlos y llevarles flores y otros regalos. Ese día, a las 3 de la tarde, se emitirá por TV, radio e Internet el mensaje de Navidad de la reina, una tradición que ya tiene 75 años.

(*) Especial para Perfil.com