Las escandalosas revelaciones de la unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil están sacudiendo al oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y al gobierno de Pedro Sánchez.
Cada día surgen nuevos chats y escuchas telefónicas polémicas que conmocionan a los españoles y, también, a los socios de Sánchez en la coalición de gobierno, quienes ya mostraron su malestar con el mandatario.
El famoso “caso Koldo”, una investigación judicial-policial que destapó una red de sobornos, expuso una trama de corrupción muy profunda en el gobierno de Sánchez. Se calcula que las coimas superaron los 600 mil euros.
Los chats que se filtraron incluyen relatos de fiestas con prostitutas, términos como “mamadas” y el uso de mujeres para “agasajar a contratistas” con dinero público.
La crudeza de estos mensajes no sólo indignó a la población, también sumieron al PSOE y a Sánchez en una crisis de credibilidad sin precedentes.
Las caras de la corrupción. Las figuras más visibles de esta trama ilícita son el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, su asesor Koldo García y Santos Cerdán, número tres del PSOE y hombre cercano a Sánchez.
El material de prueba de la UCO refleja pagos explícitos de grandes sumas bajo rubros como “fiestas” o “la puta del otro día”. También otros conceptos como el armado de “reuniones con señoritas” en 28 pisos turísticos de Madrid entre 2020 y 2021.
Pero hay otros que impactaron aún más. Se trata de chats de Koldo García donde pide un “equipo de al menos seis brasileñas” para ofrecerles a contratistas del gobierno. Allí menciona nombres como “Adriana Brasileira” o “Tatyy”.
En conversaciones telefónicas que los investigadores califican de “vulgares y denigrantes”, Koldo García habla de “repartirse mujeres para el fin de semana”.
La Guardia Civil descubrió que una de las personas a las que recurrían para conseguir “diversión” es Letizia Hilton, conocida como Anaís, una valenciana de 32 años que se dedica a la industria del entretenimiento para adultos.
Los mensajes también citan a otras mujeres en un contexto de consumo de servicios sexuales, entre ellas una “prostituta colombiana nueva” y “Ainara” o “Carlota”.
Lo más grave es que la polémica impacta directamente sobre el PSOE, un partido que se vanagloria de ser un abanderado del feminismo y que impulsa una ley para abolir la prostitución.
Crisis interna. El escándalo está agrietando el partido y generando la reacción de los socios de la coalición, quienes ya expresaron su desagrado.
Una de las más indignadas es la socialista Pilar Bernabé, quien sostuvo que los hechos revelados por la Guardia Civil son “asquerosos y repugnantes”.
También los ministros Félix Bolaños, de Justicia, y Luis Planas, de Agricultura, han señalado su “repugnancia” por los hechos revelados. Además, dirigentes de Sumar, socio del gobierno, manifestaron su indignación.
Desde la oposición, el Partido Popular (PP), de centroderecha, y Vox, de ultraderecha, calificaron el caso de “bochornoso” y a Sánchez de “corrupto”. Al mismo tiempo exigieron elecciones anticipadas.
Acorralado. Los medios españoles están reproduciendo ampliamente el escándalo y algunos sostienen que Sánchez está muy debilitado.
Afirman que el ambiente interno es “lúgubre” y que tanto sus socios de la coalición como varios integrantes de su propio entorno político le están recomendando que dé un paso al costado.
Una salida elegante sería plantear la moción de confianza en el Parlamento, donde los legisladores deciden si lo respaldan o no. Sánchez no quiso.
La otra alternativa es que renuncie y sea sustituido por un presidente interino, para convocar a nuevas elecciones después del verano.
La primera reacción de Sánchez fue pedir “disculpas” a la población y tratar de despegarse alegando que no sabía lo que estaba sucediendo en su alrededor.
El mandatario insiste en que continuará en el cargo hasta las próximas elecciones, previstas para el 2027. Es un largo tiempo para soportar la carga de este escándalo político.