Acusado de chantaje y corrupción, el excomisario español José Manuel Villarejo será juzgado a partir de este miércoles (13 de ocubre) en un proceso judicial tan esperado como temido por el establishment español. Y es que empresarios, altos funcionarios, ministros, jueves y decenas de personalidades españolas se vieron implicadas por los escándalos que rodean al expolicía, epicentro de lo que los medios y políticos califican como "cloacas del Estado".
"Este primer juicio va ser importante para asentar la credibilidad del poder judicial en España", dijo Manuel Bravo Pérez, coautor del libro sobre el caso Villarejo "La España inventada". "La gente espera con mucha expectación lo que suceda en el juicio", agrega el autor, que explica que el excomisario “desarrolló un negocio privado de consultoría, pero al mismo tiempo tenía sus pies metidos todavía en la estructura pública de la policía nacional”.
Durante las investigaciones, se incautaron de más de 40 terabytes de informaciones archivadas por el policía jubilado, lo que equivale a varios meses de programas de radio ininterrumpidos. Además, armas de enorme potencial destructor, y de chantaje, que Villarejo fue acumulando metódicamente, año tras año. El acusado "sabe muchos secretos", dice Bravo Pérez, que considera que hay gente de la élite española que "tiene que estar preocupada por lo que pueda pasar, no sé si tanto por las consecuencias penales sino por el daño a su reputación".
José Manuel Villarejo, de 70 años, está recluido en una cárcel de Madrid desde 2018, a la espera del juicio. El excomisario de la policía española es acusado de haber aprovechado sus funciones para grabar a personalidades sin su consentimiento y articular campañas de chantaje o descrédito que favorecieran a sus poderosos clientes. “Soy un servidor del Estado que ha tratado de cumplir con lo que espera el ciudadano de mí”, dijo en su defensa en 2017.
Varios pesos pesados del poder económico español están acusados de haber recurrido a sus servicios, como el antiguo jefe del banco BBVA, Francisco González. El presidente del grupo energético Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, es señalado por “corrupción activa”, sospechoso de haber contratado a Villarejo para espiar a otros grandes empresarios, entre ellos Florentino Pérez, presidente del grupo de construcción ACS y del Real Madrid.
En la trama también fueron involucrados el presidente del grupo petrolero Repsol y el antiguo número uno del banco CaixaBank, que eran sospechosos de haber encargado al expolicía, entre 2011 y 2012, espiar a al presidente de la constructora Sacyr, Luis Fernando del Rivero, a quien querían impedir que tomara el control de Repsol, del que CaixaBank era un importante accionista. (La causa abierta contra ambos fue archivada en 2020).
En los últimos años, varios políticos de primera línea vieron también sus nombres manchados por el Caso Villarejo, como el exministro del Interior del gobierno del conservador Mariano Rajoy, Jorge Fernández Díaz, sospechoso de haber querido armar acusaciones falsas contra líderes independentistas catalanes o del intento de sustracción de documentos e informaciones comprometedoras a un antiguo tesorero del Partido Popular para atacar a sus adversarios políticos.
Los tentáculos de Villarejo llegaron hasta el mismo rey Juan Carlos I: durante una conversación con el excomisario, filtrada en 2018, la examante del monarca, Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, hizo referencia a presuntas malversaciones que implican al exsoberano, ahora exiliado en Abu Dhabi. En esa conversación, Corinna decía que el ex rey tenía cuentas en Suiza en las que supuestamente recibió comisiones por la adjudicación de la construcción del tren de alta velocidad saudí.
ds