Una lluvia torrencial se desató este domingo en Nevada, Estados Unidos, durante el festival anual Burning Man y unas 72 mil personas quedaron atrapadas en el barro. En medio del caos, las autoridades de la zona se encuentran investigando la muerte de una persona durante el evento.
El festival se realiza en una zona desértica, ubicada al noroeste del estado, la cual se estima que recibió en 24 horas las precipitaciones que suelen registrarse en unos 2 o 3 meses. Como consecuencia, los caminos de salida del evento terminaron bloqueadas y los miles de personas quedaron atrapadas durante tres días consecutivos.
El pasado sábado se cerraron las carreteras de entrada y salida de la zona y se le solicitó a los asistentes al festival que conservaran alimentos, agua y combustible para cuando les fuera posible avanzar. Dichos caminos podrían reabrirse este lunes, permitiendo que abandonen el lugar.
"A pesar de la llovizna de la tarde, las condiciones están mejorando en la playa", afirmaron los organizadores este domingo, aunque remarcaron que las carreteras seguían "demasiado húmedas y embarradas", por lo que esperan que este lunes el cielo se despeje y les permita dar por finalizado el evento
En lo que respecta a la persona muerta durante el fin de semana, se trata de un asistente al festival que fue encontrado en la playa y cuyos intentos por reanimarlo no tuvieron éxito, según detalló el sargento Nathan Carmichael a la CNN. "La familia fue notificada y la muerte está bajo investigación", aseguró este sábado la oficina del sheriff.
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Burning Man es un festival que fue lanzado en 1986 en San Francisco y que, con su estilo que oscila entre una celebración contracultura y un retiro espiritual, atrae a unas 70 mil personas todos los años, las cuales desde los 90 se reúnen año tras año en el desierto de Black Rock, una zona protegida del noroeste de Nevada.
En cada edición se invierten más de 40 millones de dólares para llevar adelante el evento que cuenta con estructuras para bailes, instalaciones artísticas y otros espectáculos. Sin embargo, este año todas las actividades fueron canceladas como consecuencia de la lluvia y el espeso barrio que tapó los tobillos de todos los presentes.
Como se mencionó, los organizadores se vieron obligados a cerrar las puertas y caminos del recinto, impidiendo la entrada y salida de cualquiera que estuviera allí, aunque no faltaron quienes optaron por caminar durante horas en el lodo con el objetivo de llegar a la carretera más cercana y pedir ayuda.
"Fue una caminata increíblemente angustiosa de 10 kilómetros a medianoche por un barro espeso y resbaladizo, pero conseguí salir sano y salvo. El barro es como un cemento que se pega a las botas. Son condiciones peligrosas para caminar y es probable que empeoren", relató vía redes sociales uno de los presentes que salió caminando del lugar.
Otro usuario que logró abandonar el lugar con sus amigos tras caminar unos 3 kilómetros en el lodo, Amar Singh Duggal, remarcó: "Cada paso parecía como si camináramos con dos grandes bloques de hormigón en los pies".
El comediante Chris Rock fue uno de los tantos que se animó a salir de forma precipitada de la zona, logrando escapar en la parte trasera de una camioneta junto al DJ Diplo.
Por otra parte, también estuvieron quienes optaron por esperar en sus campamentos a que las condiciones climáticas mejoraran. Para matar el tiempo, los asistentes se dedicaron a vivir estos días en comunidad, racionando suministros y ayudándose mutuamente.
Desde la organización, se colocaron remolques con células móviles para proveer conexión Wi-Fi, se desplegó una flota de autobuses para acercar a la carretera a quienes podían caminar y se proporcionaron vehículos de tracción 4x4 para asistir en situaciones médicas o urgencias varias.
De todas formas, la quema de una estatua gigante de madera en el centro de la "playa", momento que marca el final del festival, aún continúa en pie y se pospuso para la noche de este lunes.
AS/fl
