Desde La Paz
“Con Evo vamos bien”. La consigna de campaña se repite en los spots y afiches del Movimiento al Socialismo de Evo Morales, que a una semana de los comicios presidenciales apabulla a la oposición en las encuestas. El último sondeo revelado este jueves por el periódico El Deber, de Santa Cruz de la Sierra, canceló las ya inexistentes chances de la oposición, que divide el voto entre el empresario del cemento Samuel Doria Medina (centro) y el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, quien reclama que “la Biblia y Dios vuelvan al Palacio de Gobierno”. La encuesta pronostica 59% para Morales y 18% para Doria Medina, pero el presidente sube al 65% si se toman sólo los votos válidos.
De este modo, el MAS lograría los ansiados dos tercios del Congreso, con los que cuenta desde 2009. Ahí estuvo puesto el eje de la campaña, especialmente en dejar sin senadores “a los vendepatria”, como dijo Morales, en tres o cuatro regiones del país, donde su partido podría ganar las bancas de la mayoría y las de la minoría. En el departamento de La Paz, el triunfo de la fórmula Evo Morales-Alvaro García Linera sería de 68% a 10%.
Uno de los “fuertes” de Morales para lograr tal adhesión después de ocho años de gobierno es el desempeño económico, que conoce una etapa de crecimiento inédita en la historia nacional. Desde 2005, el PBI se multiplicó por cuatro, y las reservas internacionales alcanzan hoy los 15 mil millones de dólares, la mitad del producto nacional. “Dos países nos pidieron prestado dinero”, se entusiasmó el vicepresidente García Linera en un acto de campaña. Uno de ellos, a los que no nombró, fue la Argentina. Los depósitos bancarios pasaron de 3 mil a 15 mil millones y la inversión pública se multiplicó varias veces en estos años.
“Pasamos de un Estado mendigo a un Estado fuerte –señaló García Linera en el paraninfo de la Universidad Mayor de San Andrés, donde fue profesor de Sociología en los años 2000–. Cuando llegamos al gobierno en 2005 teníamos una especie de administración de colonias, donde EE.UU. controlaba el aparato policial y militar, la cooperación europea varios ministerios, y el FMI el Banco Central. Nosotros quebramos ese sometimiento colonial”. También mostró que la pobreza extrema se redujo del 38 al 18% en estos ocho años.
Para el analista político opositor Fernando Molina, Bolivia asiste al fin de la polarización que conoció en los primeros años del gobierno de Morales y atribuye el éxito del mandatario a una gestión económica exitosa, con varias facetas ortodoxas, y a la revolución política que encarnó el “evismo”, a la que le critica sus facetas poco pluralistas.
La oferta del gobierno para el período 2014-2019 es la construcción de una ciudadela del conocimiento en Cochabamba, becas para estudiantes en universidades top como Harvard o Stanford o casas de estudios japonesas, e incluso la construcción de una planta de energía atómica. El teleférico de transporte construido en La Paz y el satélite Túpac Katari son dos pasos hacia lo que el gobierno considera una “revolución tecnológica”.
La oposición, por su parte, dice que se malgastó la bonanza de estos años y denuncia la corrupción y el uso del Estado por parte del MAS. Por ahora eso no le alcanzó para “mover el amperímetro” electoral.