INTERNACIONAL
situación humanitaria

Falta de alimentos y de medicamentos, la otra crisis que vive Ucrania

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Bombardeo. Los hospitales, uno de los objetivos de los ataques rusos. | afp

Diferentes organizaciones humanitarias que trabajan en Ucrania alertaron este sábado sobre la falta de alimentos y de acceso a medicamentos entre la población civil, especialmente en las ciudades sitiadas, con cadenas de suministros rotas y centros de salud destruidos por los intensos combates.

El asedio de grandes localidades por parte de las fuerzas rusas, que impide la llegada de la ayuda, el número inédito de hospitales bombardeados y que el conflicto ocurra en Ucrania, gran productor y exportador mundial de trigo y aceite de girasol, son singularidades de esta guerra que agravan aún más la situación.

“A la mayoría de los municipios en las áreas que experimentan los combates más intensos les quedan artículos esenciales, como alimentos, solamente para tres o cuatro días. En las zonas más afectadas, el mercado ya está muerto. En Sumy y Jarkov creemos que como mínimo el 70% de la población depende completamente de la ayuda”, explicó una vocera de Mercy Corps, una de las ONG que trabaja en terreno ucraniano para asistir a la población.

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“Las ciudades necesitan al menos un mes de alimentos almacenados en diferentes lugares, por si son atacados. Muchos hospitales y centros de salud han sido destruidos o funcionan más allá de su capacidad. Necesitan urgentemente suministros de oxígeno, generadores y combustible”, añadió la portavoz de la organización, que está presente en 38 países.

Consultada por la diferencia entre esta guerra con otras en las que estuvieron, advirtió: “Mercy Corps opera en zonas de conflicto similares, como Siria. Pero incluso allí, como en otras, vemos líneas de frente establecidas y bastante consistentes y cadenas de suministro confiables, todas cuestiones que en este momento son mucho más impredecibles en Ucrania”.

La poca claridad sobre la ubicación de los frentes de batalla, la vulnerabilidad de autopistas y trenes por su exposición, y la falta de acceso a algunas zonas dificultan la distribución de la ayuda, que en muchos casos pasa a depender de pequeñas sociedades civiles locales como iglesias y grupos de voluntarios.

Previo al conflicto, Ucrania era el país que más volumen de comida vendía al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, un 9% del total, y un 40% en el caso del trigo, para que la agencia luego distribuya a otras partes del mundo con inseguridad alimentaria como Medio Oriente y África.

La guerra revirtió ese flujo: el PMA asiste ahora a más de 3,1 millones de ucranianos (sobre una población total de 44 millones) que están todavía dentro del país, y las potencias occidentales anunciaron nuevos fondos de ayuda ante la previsión de que la cifra de personas necesitadas aumente a medida que se intensifiquen los ataques.