Miles de simpatizantes de Jair Bolsonaro se manifestaron en las calles en apoyo al Presidente de Brasil en el marco del Día de la Independencia con una retórica golpista en un clima de creciente inestabilidad política. El mandatario había apuntado contra la Justicia tras ser investigado por numerosos delitos, como difundir noticias falsas y atentar contra el orden democrático.
"Intervención cívico militar con limpieza de las instituciones", se leía en los carteles de algunos seguidores del polémico mandatario el martes 7 de septiembre, un mensaje tenebroso en vistas del pasado dictatorial del gigante sudamericano, en un día convulsionado con marchas a favor y en contra del Gobierno.
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Vestidos de verde y amarillo, los colores nacionales, los bolsonaristas salieron a las calles en distintos puntos del país, especialmente en la capital Brasilia y la ciudad más poblada San Pablo, en muchos casos con escandalosos pedidos de interrupción del orden constitucional.
"Força (fuerza) Bolsonaro", exclamaron en apoyo al investigado Presidente de Brasil.
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"Queremos elecciones limpias, democráticas, con conteo público de los votos. No puedo participar en una farsa como la que defiende el Supremo Tribunal Federal", exclamó Bolsonaro ante una multitud que lo ovacionó, en relación a su denuncia de supuesto fraude relacionada al voto electrónico por lo que es investigado por el máximo órgano de Justicia del país vecino.
De esta manera, una multitud de fanáticos de ultraderecha, partidarios de las armas, evangélicos, motociclistas, conspiracionistas y antivacunas, muchos sin tapaboca, mostraron su apoyo al cuestionado Presidente, quien ya había amenazado con que del poder solo saldría "preso, muerto o victorioso".
Además, fueron moneda corriente las críticas hacia los ex presidentes Lula Da Silva y Dilma Roussef del Partido de los Trabajadores, el favorito de cara a las elecciones presidenciales del 2022, tal como se ve en la imagen que muestra a un Bolsonaro sonriente y a Da Silva tras las rejas, suplicando.
A pesar de la retórica golpista de Bolsonaro y sus constantes amenazas a la Justicia brasileña, diversos medios locales señalaron que el mandatario quedó aún más aislado después de las marchas, y quedó demostrado que pese al apoyo que recibió esto no le garantiza la reelección.
Además, el hecho de que sus seguidores no fueran violentos y evitaran atacar las instituciones democráticas como se temía dio una señal de tranquilidad.
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"El presidente no tiene el poder necesario para llevar a cabo un golpe de estado, un golpe militar. No tiene el apoyo necesario", señaló a AFP Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas en San Pablo.
Tras una pésima gestión de la pandemia de coronavirus, que en Brasil tiene un saldo de casi 600 mil muertos, el índice de popularidad del presidente Bolsonaro cayó en julio al 24 por ciento, el mas bajo desde su llegada al Palacio del Planalto.
Según las encuestas privadas, el mandatario se encuentra detrás de su rival Lula Da Silva, quien lidera la intención de voto a tan solo catorce meses de las elecciones.