Brasil vive un clima de tensión política, tras las manifestaciones que se produjeron en todo el país, convocadas el martes 7 de septiembre por el presidente Jair Bolsonaro, en rechazo contra el accionar de la justicia. Durante el acto central de la jornada, en San Pablo, Bolsonaro le advirtió al presidente de la corte, Luiz Fuix, que “ponga en caja” al magistrado Alexandre de Moraes, quien lo investiga por “atentar contra la democracia”.
“Ese poder puede sufrir aquello que no queremos que ocurra”, lanzó el presidente brasileño. Esa, entre otras expresiones extremas de Bolsonaro, hizo que el presidente del senado, Rodrigo Pacheco, levantara la agenda de sesiones en el cuerpo parlamentario.
Jair Bolsonaro llama a sus seguidores a tomar las calles de Brasil
Pacheco integra el partido Demócratas y es descripto como un dirigente de derecha pero crítico del actual gobierno en Brasil. La interrupción de la agenda parlamentaria fue interpretada en el país vecino como un fuerte mensaje hacia el presidente Bolsonaro, dada la necesidad de su gobierno de avanzar en leyes clave para el final de su gestión.
Entre ellas, la renegociación de deudas judiciales del Estado, paso obligado para poner en marcha el plan social Auxilio Brasil. Ese instrumento es la apuesta del bolsonarismo para buscar la reelección en 2022. Ante una perspectiva desfavorable, con la candidatura del ex presidente Ignacio Lula Da Silva en frente, el actual jefe de estado en Brasil ha expresado múltiples advertencias en las que amenaza con desconocer el resultado de la votación ante una eventual derrota.
Las manifestaciones del 7 de septiembre en Brasil se expandieron a lo largo de diez estados. Bolsonaro recorrió algunos, como Brasilia, en helicóptero, para finalizar en la Avenida Paulista, en San Pablo, donde lo esperaba una multitud.
El diario Folha, de San Pablo, tituló su portada post movilización de manera contundente: “Amenaza de golpe”, frente a la postura asumida por el actual mandatario en Brasil.
Escenario electoral complejo y democracia tensionada en Brasil
En tanto, no sólo las encuestas complican el futuro político de Bolsonaro en Brasil. Una serie de fuerzas parlamentarias impulsan el juicio político en su contra, iniciativa que va cobrando fuerza a medida que el presidente radicaliza su postura. Durante el acto, afirmó que su futuro era “preso, muerto o victorioso”, llevando la tensión al máximo.
"Vemos a un presidente más aislado y agresivo con las instituciones, que habla de llamar al Consejo de la República. Esto sugiere una parálisis en la agenda y los proyectos de reformas murieron", dijo Sergio Vale, de la consultora económica MB Associados, tras el día de manifestaciones en Brasil.
LC CP