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Francisco condenó con firmeza la legalización de la marihuana

Para el Pontífice, medidas como la aprobada en Uruguay son “discutibles” y “no producen los efectos que se habían prefijado”.

Saludo. Mujica y su reunión del año pasado con el Papa. Uruguay legalizó el consumo de cannabis.
| AFP

ansa / afp
Ciudad del Vaticano

El Papa criticó ayer sin medias tintas las políticas “alternativas” para enfrentar el narcotráfico, como la legalización de la marihuana o el uso de psicofármacos para tratar las adicciones, y advirtió que sólo el trabajo les da a los jóvenes la esperanza que les permite rechazar las drogas.
Aunque no la mencionó directamente, la decisión del gobierno uruguayo de legalizar el consumo personal de la marihuana es una de las medidas que, para Francisco, no son positivas porque representa  “un modo velado de rendirse” ante el narcotráfico.

“Además de ser discutible desde el punto de vista legislativo, no produce los efectos que se habían prefijado”, dijo el Pontífice.

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Francisco lanzó su andanada contra las políticas alternativas para enfrentar el narcotráfico al recibir en el Vaticano a los participantes de la XXXI edición de la Conferencia Internacional para el Control de Drogas (IDEC).

“Quiero expresar con total claridad que la droga no se derrota con la droga. La droga es un mal y con el mal no puede haber cesiones o compromisos”, sostuvo en su discurso hacia los asistentes a la Conferencia, ante quienes rechazó también el uso de “drogas sustitutivas” o de psicofármacos en el tratamiento de adictos.

“No a todo tipo de droga, sobre esto no pueden existir compromisos”, afirmó el Papa. Cualquier droga “es un flagelo que pone en riesgo la vida de las personas, alimentado por un mercado del lucro que supera confines nacionales y continentales”.

Ya en mayo, durante una de las audiencias generales de los miércoles, el Papa había criticado las propuestas de legalizar las drogas “recreativas” o livianas, como la marihuana.

“Hoy se quiere hacer pasar a la marihuana por una especie de inocuo cigarrillo narcótico, pero la droga no es solamente un mal de carácter práctico. Es un mal moral. Y su rechazo ha de ser absoluto, desde el ámbito personal y desde el ámbito de la jurisprudencia”, afirmó Francisco.
Ayer, el Papa advirtió que “sigue creciendo el peligro para los jóvenes y los adolescentes” que representan las drogas.

Para Bergoglio, el trabajo es el camino para superar el “flagelo de la droga, para decir ‘no’ a todo tipo de droga. Es necesario decir ‘sí’ a la vida, ‘sí’ al amor, ‘sí’ a los otros, ‘sí’ a la educación, ‘sí’ al deporte, ‘sí’ al trabajo, ‘sí’ a más fuentes de trabajo. Si se concretan estos ‘sí’, no hay lugar para la droga, para el abuso de alcohol ni para las otras dependencias”.

Francisco enfatizó que a los “ni-ni”, los jóvenes que no trabajan ni estudian, “les falta la esperanza”, y por eso la droga se convierte en una solución para sus problemas.

El trabajo de “recuperación” de los jóvenes de la droga “es ínfimo, no es suficiente. Trabajar en la prevención puede hacer mucho bien”, dijo el Papa, y advirtió que la Iglesia Católica “no abandonó” a los que “cayeron en la droga” sino que “con su amor creativo fue a su encuentro”.  

“Los tomó de la mano, a través de la obra de tantos operadores y voluntarios, para que pudiesen redescubrir su propia identidad, ayudándolos a hacer resucitar los recursos, los talentos personales que la droga había sepultado pero que no podía borrar, desde el momento que todo hombre es creado a imagen y semejanza de Dios”, subrayó.

“El ejemplo de tantos jóvenes que para salir de la dependencia de la droga se empeñan en reconstruir su vida es un estímulo a mirar hacia delante con confianza”, concluyó el Pontífice.