INTERNACIONAL
visita a hungría

Francisco denuncia el “infantilismo bélico” que hoy atraviesa Europa

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Mensaje. Desde Budapest, pidió “volver a mirar más allá de las fronteras nacionales”. | AFP

El papa Francisco urgió ayer en Hungría a recuperar el “alma europea” que logró instaurar la paz tras una guerra, frente al “infantilismo bélico” que caracteriza, según él, el auge del nacionalismo y la invasión rusa de Ucrania.

El pontífice argentino, de 86 años, llegó ayer a Budapest, la capital húngara, donde fue recibido por una multitud de creyentes. Allí permanecerá tres días, dado su frágil estado de salud.

Tras su llegada, pronunció su primer discurso, en el que deploró el “triste ocaso del sueño coral de paz, mientras los solistas de la guerra se imponen”.

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Frente al ultranacionalista primer ministro Viktor Orbán, el Papa instó a recuperar el espíritu de la paz europea y a abandonar los intereses propios. 

“Es esencial volver a encontrar el alma europea: el entusiasmo y el sueño de los padres fundadores, estadistas que supieron mirar más allá del propio tiempo, de las fronteras nacionales y las necesidades inmediatas, generando diplomacias capaces de recomponer la unidad”, subrayó.

La política internacional actual, lamentó, está “retrocediendo a una especie de infantilismo bélico”.

La guerra en Ucrania y el drama de la migración en Europa marcarán su visita a este país de Europa central de 9,7 millones de habitantes.

“Colonizaciones ideológicas”. Al contrario de sus vecinos, el gobierno de Hungría –un país fronterizo con Ucrania– quiso mantener los lazos con Moscú y evita criticar al presidente ruso, Vladimir Putin. Tampoco acepta enviar armas a Kiev.

El Papa, en cambio, condenó sin titubeos la “guerra cruel” que se libra en la exrepública soviética, aunque la Santa Sede trata de mantener un diálogo con Moscú. 

Antes de su discurso, el Papa habló con Orbán durante unos 20 minutos a puerta cerrada. 

Para el jefe de Gobierno húngaro, de 59 años, la llegada del Sumo Pontífice es un éxito diplomático. 

Orbán, procedente de un entorno calvinista, defiende una “Europa cristiana” y, según la agencia de prensa MTI, hizo hincapié durante su encuentro con el Papa en que la cristiandad es un “vector de paz”. 

En Hungría, que cuenta con un 39% de católicos según los últimos datos de 2011, tanto Orbán como sus seguidores buscan destacar los puntos en común con el jefe de la Iglesia católica.

En su discurso, Francisco alabó los valores cristianos tradicionales implementados por el gobierno húngaro, como las “políticas efectivas para la natalidad y la familia”.

Pero al mismo tiempo, criticó las “colonizaciones ideológicas que eliminan las diferencias”, como la “denominada cultura de la ideología de género” y cargó contra los que defienden un “insensato ‘derecho al aborto’”. 

“Apertura a los demás”. Jorge Bergoglio recordó, sin embargo, la responsabilidad de Hungría hacia los migrantes e insistió en la “necesidad de apertura a los demás”. 

“Los valores cristianos no pueden ser testimoniados por medio de la rigidez y las cerrazones”, advirtió. 

Hungría ha sido duramente criticada por levantar vallas en sus fronteras y restringir la posibilidad de solicitar asilo en sus embajadas en el extranjero.

El Papa, en cambio, es un ferviente defensor de los derechos de los refugiados y aboga por una repartición justa entre los países de la Unión Europea. 

Por la tarde, el Sumo Pontífice se dirigió al clero local en la Basílica de San Esteban, delante de la cual se instalaron pantallas gigantes y sillas.

Frente a la “difusión del secularismo”, advirtió a los sacerdotes, diáconos y religiosos contra la tentación “de volverse rígidos, encerrarse y adoptar una actitud de combatientes”.

“Tales realidades pueden representar oportunidades para nosotros los cristianos, porque estimulan la fe y la profundización de algunos temas”, añadió.

Ante los retos diplomáticos de esta visita tan esperada, Francisco se presentó como “amigo y hermano de todos”.

El programa de su 41º viaje internacional también incluye una reunión hoy con refugiados ucranianos, a quienes reiterará su posición a favor de la paz, pese a que las iniciativas de mediación de la Santa Sede hayan fracasado hasta ahora.

El jefe de la Iglesia católica estuvo en 2021 siete horas en Budapest, una visita relámpago durante la cual instó a los húngaros a abrir sus puertas a los migrantes.