INTERNACIONAL
CONFERENCIA DE PRENSA EN EL CIELO

Francisco mostró un costado íntimo y divertido: "Me gusta ser Papa"

El origen de la austeridad, la relación con Benedicto XVI, los recuerdos de Buenos Aires y porqué pide que recen por él. Las bromas. Galería de fotos

El encuentro de Francisco con los periodistas durante una hora y media del vuelo de Río a Roma en julio de 2013.
| AFP

Durante el mismo vuelo en el que habló de la Iglesia y los homosexuales y de los escándalos del Vaticano, Francisco también se abrió ante temas más íntimos y de índole menos política. Desde su agenda de viajes, pasando los recuerdos de la Ciudad de Buenos Aires, hasta su relación con el Papa emérito Benedicto XVI, todo fue respondido en detalle por el Papa.

En primer término, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica contestó sobre cómo es su trabajo y si es felíz haciéndolo.

"Hacer el trabajo de obispo es una cosa bonita, es bonito. El problema es cuando uno busca ese trabajo, eso ya no es tan bonito, eso no es del Señor. Pero cuando el Señor llama a un sacerdote a convertirse en obispo eso es bonito. Existe siempre el peligro de creerse un poco superior a los otros, no como los demás, un poco príncipe…. Son peligros y pecados. Pero el trabajo de obispo es bonito, es ayudar a los hermanos a avanzar", explicó.

Y detalló: "El obispo delante de los fieles para señalar el camino, el obispo en medio de los fieles para ayudar a la comunión, el obispo detrás de los fieles porque los fieles con frecuencia tienen el olfato de la calle. Me preguntaba si me gusta… Sí, me gusta ser obispo. En Buenos Aires he sido muy feliz. He sido feliz, el Señor me ha asistido en eso. Como obispo he sido feliz, como sacerdote he sido feliz".

"¿Y ser Papa le gusta?", se le repreguntó. "Si, también", afirmó. "Cuando el Señor te pone ahí, si tu haces lo que el Señor te pide eres feliz. Eso es lo que siento". 

También le consultaron si estaba cansado y su respuesta causo risas entre la prensa en el avión: "No estoy casado, yo estoy soltero".

Luego, otro preguntó sobre si todavía se siente jesuita. Francisco respondió: "Es una pregunta teológica porque los jesuitas hacen votos de obediencia al Papa. Pero si el Papa es jesuita, quizás tiene que hacer voto de obediencia al Padre General de los Jesuitas (risas), no sé cómo se soluciona esto. Yo me siento jesuita en mi espiritualidad, en la espiritualidad de los ejercicios, en la espiritualidad que tengo en el corazón. Tanto me siento jesuita que en tres días iré a festejar con los jesuitas en la Iglesia de San Ignacio , haré una misa a la mañana, no he cambiado espiritualidad, sigo pensando como jesuita, no hipócritamente, pero pienso como jesuita".

¿Cuál es el origen del clásico pedido "recen por mí"? "Yo siempre he pedido esto. Cuando era sacerdote lo pedía pero no tan frecuentemente", aclaró. "He comenzado a pedirlo con cierta frecuencia en el trabajo de obispo. Siento que si el Señor no ayuda en este trabajo, para que el pueblo de Dios vaya hacia adelante, uno no puede. Yo me siento de verdad con tantos límites, con tantos problemas, también pecador. Vosotros lo sabéis. Debo pedir esto, me viene de dentro. También a la virgen le pido que rece por mí al Señor. Es una costumbre que me viene de fuera, también de la necesidad que tengo por mi trabajo. Siento que debo pedirlo", fundamentó.

Luego se le consultó sobre la austeridad que profesa y si espera ser copiados por sus colaboradores o cardenales. "Los cambios vienen de dos vertientes. Lo que los cardenales hemos pedido y lo que viene de mi personalidad. Me he quedado en Santa Marta. No podría vivir solo en el palacio, no es lujoso. El apartamento pontificio no es tan lujoso, es amplio y grande, pero no lujoso. Pero yo no puedo vivir solo o con un pequeño grupito. Necesito a gente, encontrarme con la gente, hablar con la gente. Por eso cuando los chicos de las escuelas jesuitas me han preguntado que si era por austeridad o por pobreza, les he dicho que no. es por motivos psiquiátricos, porque psicológicamente no puedo", explicó.

"Cada uno debe llevar adelante su vida con su modo de vivir y de ser. Los cardenales que trabajan en la Curia no viven como ricos o fastuosos. Viven en apartamentitos, son austeros los que conozco. Cada uno debe vivir como el Señor le pide que viva. La austeridad , una austeridad general creo que es necesaria para todos, para todos los que trabajamos en el servicio de la Iglesia. Hay muchas tonalidades de austeridad, cada uno de buscar su camino".

En cuanto a la relación con el ahora Papa emérito Benedicto XVI, dijo: "Hay algo que califica mi relación con Benedicto: yo lo quiero mucho. Siempre lo quise mucho, para mí es un hombre de Dios, es un hombre humilde, que reza. Yo fui muy feliz cuando fue electo Papa. También cuando él renunció para mí fue un ejemplo de un grande, un hombre de Dios, un hombre de oración. Él ahora vive en el Vaticano y algunos me dicen "pero cómo se puede hacer esto, dos papas en el Vaticano, pero no te molesta, él no te hace la revolución en contra?". Todas las cosas que dicen, ¿no? Pero yo encontré una frase para esto: es como tener al abuelo en casa, pero el abuelo sabio, en una familia el abuelo está en casa, es venerado, es amado, es escuchado".

"El es un hombre de una prudencia, no se mete. Yo lo dije muchas veces 'santidad, haga su vida, venga con nosotros'. El vino para la inauguración de la estatua de San Miguel…. Para mí, esa frase dice todo: es como tener el abuelo en casa, es mi papá. Si yo tuviera una dificultad o tengo algo que no he entendido, puedo llamarlo. Y cuando fui para hablar de ese problema grande de Vatileaks él me dijo todo con una simplicidad. No sé si saben cuando nos habló en el discurso de despedida, el 28 de febrero, entre ustedes está el próximo Papa y yo prometo obediencia. Esto es grande, es un grande", argumentó acompañado de una sonrisa.

También hubo tiempo para hablar sobre la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. A la pregunta sobre cuál es su modelo de santidad dijo: "Juan XXIII es un poco la figura del cura de pueblo. El cura que ama a cada uno de sus fieles y sabe cuidar a sus fieles. Y esto lo ha hecho como arzobispo, como nuncio… Es un cura de pueblo bueno, y con un sentido del humor muy grande y una gran santidad. Cuando era nuncio, algunos no lo querían mucho en el Vaticano y cuando llegaba a llevar cosas o a pedir alguna cosa en las oficinas, lo hacían esperar. Nunca se quejaba. Rezaba el rosario, leía el breviario... Era un hombre humilde. Y también alguien que se preocupaba por los pobres".

"Y Juan Pablo II fue un gran visionario de la Iglesia. Un hombre que ha llevado el Evangelio a todos. Es un san Pablo. Un grande. Hacer la ceremonia de canonización juntas es un mensaje a la Iglesia: estos dos son buenos. Y también siguen su curso las causas de Pablo VI y del papa Luciani", amplió.

Después se le preguntó a qué se refería cuando dijo ante los peregrinos argentinos en Brasil que él también se sentía "enjaulado". Respondió: "¿Usted sabe la de veces que he tenido ganas de pasear por las calles de Roma? Porque a mi me gusta andar por las calles, me gustaba tanto y en ese sentido me siento un poco enjaulado. Pero debo decir que los de la Gendarmería vaticana son buenos, son realmente buenos y yo les estoy agradecido. Ahora me dejan hacer algunas cuantas cosas más, pero es su deber garantizar la seguridad. Enjaulado en ese sentido, de que a mi me gusta andar por la calle, pero entiendo que no es posible, lo entiendo. Lo dije en ese sentido. Porque, como decimos en Buenos Aires, yo era un sacerdote callejero".

En la extensa entrevista que dió en simultáneo a todos los periodistas durante el vuelo, se hizo referencia además a la agenda de viajes del Papa. "Definido, definido no hay nada. Pero puedo hablar de cosas que estamos pensando. Definido 22 de septiembre Cagliari. Después, el 4 de octubre, Asís. También tengo en mente, dentro de Italia, ir un día a ver a mi familia. Cogerme un avión por la mañana y volver en otro por la noche, mis familiares, pobrecillo, me llaman, tenemos una buena relación. Fuera de Italia el patriarca Bartolomeo I quiere hacer un encuentro para conmemorar los 50 años del encuentro entre Atenágoras y Pablo VI en Jerusalén. El Gobierno israelí nos ha hecho una invitación especial para ir a Jerusalén, el Gobierno de la Autoridad Palestina creo que lo mismo. Esto se está pensando, aún no se sabe si se hará o no se hará".

Sobre una posible visita a Argentina dijo: "En América Latina creo que no hay posibilidad de volver, porque el Papa latinoamericano, que acaba de hacer el primer viaje a Latinoamérica…... Debemos de esperar un poco. Creo que se puede ir a Asia, pero está todo en el aire. He recibido invitaciones para ir a Sri Lanka y a Filipinas. A Asia se debe ir. Ir a Argentina yo creo que se puede esperar un poco, porque yo creo que todos estos viajes de los que le he hablado tienen una cierta prioridad".

La última pregunta fue sobre Buenos Aires. "Los argentinos se preguntan si usted no extraña ir en colectivo, andar por la calle...". Y concluyó: "Y de Buenos Aires, sí. Buenos Aires me falta. Pero es una falta serena".

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