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En un significativo paso en la lucha contra la pedofilia, el papa Francisco decidió que los obispos y pastores que encubran casos de pederastia podrán ser expulsados de la Iglesia. El Pontífice emitió ayer un decreto incorporado al derecho canónico en el que se establece que los curas responsables de “negligencia” frente a casos de “abusos sexuales contra menores” serán destituidos. No obstante, la mayor asociación global de víctimas advirtió sobre el peligro de que la medida no tenga efectos prácticos y se convierta en letra muerta.
En su carta apostólica titulada “Como una madre amorosa”, Francisco señaló que la Iglesia “ama a todos sus hijos, pero cuida y protege con especial afecto a los más débiles y sin defensa”. Por lo tanto, los pastores y los obispos deben “mostrar una diligencia especial en la protección de los más débiles, entre las personas que se les encomiendan”.
El Papa precisó que el derecho canónico ya preveía la destitución del oficio eclesiástico por “causas graves”. Lo que deja claro el nuevo decreto es que esta categoría “incluye desde ahora la negligencia de los obispos en el ejercicio de sus funciones, en particular en lo que se refiere a los casos de abusos sexuales contra menores y adultos vulnerables”.
Francisco anunció también la creación de un colegio de juristas, probablemente formado por cardenales y obispos, que asistirá al Papa antes de tomar una “decisión definitiva” en los casos analizados. Los acusados podrán defenderse ante los dicasterios competentes. Una vez tomada la decisión y si el obispo se niega a presentar su renuncia en un plazo de quince días, el Pontífice podrá destituirlo a la fuerza. El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, aclaró ayer que esta actualización del derecho canónico no tiene efecto retroactivo.
Escándalos. La Iglesia se ve sacudida hoy por varios casos resonantes de encubrimiento de pederastia. Uno de ellos tuvo lugar en la diócesis francesa de Lyon y salpicó al cardenal francés Philippe Barbarin. El 20 de mayo, Jorge Mario Bergoglio le brindó su apoyo recibiéndolo en el Vaticano, pese a que contra Barbarin pesan dos investigaciones preliminares en Francia por no haber denunciado agresiones sexuales cometidas contra menores entre 1986 y 1991 por un cura de su diócesis.
Otro caso de alto perfil es el del influyente cardenal australiano George Pell, encargado de las finanzas del Vaticano, quien descartó en marzo renunciar a su cargo pese al escándalo que involucra a varios curas pederastas en su ex diócesis.
Francisco se mostró muy sensible a los casos de pederastia durante su ministerio, por los que llegó a pedir perdón por la “omisión” de la Iglesia Católica en algunos escándalos sobre pederastia en distintas partes del mundo.
Escépticos. Entre las víctimas aún predomina un sentimiento general de decepción. La Red de Sobrevivientes de Abusados por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), la mayor organización global de víctimas, se declaró ayer “extremadamente escéptica” frente al nuevo decreto de Francisco. “Tememos que esta herramienta sea utilizada una o dos veces, rápidamente, y luego olvidada –expresó el grupo–. No son los ‘procedimientos’ los que protegen a los niños, sino las acciones”.