A dos años de haber asumido como jefe de la Iglesia Católica, Jorge Mario Bergoglio, no descarta “seguir los pasos” de su antecesor, el alemán Joseph Ratzinger, y renunciar al papado en pocos años más. “Tengo la sensación de que el Señor me ha puesto aquí para algo corto, no más”, contó, en una extensa entrevista con el canal mexicano Televisa, donde también dejó importantes definiciones sobre la política argentina.
Fiel a su estilo, simple y directo, Francisco estimó que su tiempo como Santo Padre será breve, al asegurar que no será Papa hasta su muerte. Para el jesuita argentino, su pontificado terminará en “cuatro o cinco años”. “Tal vez dos o tres, bueno dos ya se han ido”, se sinceró. Con 78 años, dijo sentirse bien físicamente para continuar con su tarea y se opuso a la edad de jubiación fija de 80 años para los pontífices.
Si bien el canal mexicano realizó una extensa entrevista, difundirá el material en diversas etapas. En una de ellas, según medios estadounidenses, el líder de la Iglesia Católica se manifestó a favor de las renuncias voluntarias al trono de San Pedro.
"Yo estoy a favor de lo que Benedicto hizo", dijo Francisco, que reconoció tener muchos diálogos telefónicos con su antecesor. "Creo que lo que hizo Benedicto tan valientemente fue abrir la puerta a los papas eméritos", añadió. "Benedicto XVI no debería considerarse como una excepción, sino una institución", completó.
Mensaje. Antes, el Papa dejó un duro mensaje para los dirigentes argentinos que lo buscan o difunden los contactos que tienen con él, con fines electorales. “Tengo que decir, a veces yo me he sentido usado por la política del país”, afirmó. “Políticos argentinos que pedían audiencia”, ejemplificó.
“Simplemente cuento lo que ha pasado. Los argentinos, cuando vieron un Papa argentino se olvidaron de todos los que estaban a favor o en contra. Los argentinos no somos humildes, somos muy engreídos”, apuntó, aunque luego deshizo cualquier tensión con un chiste: “¿Usted sabe cómo se suicida un argentino? ¡Se sube a su ego y se tira!”, lanzó.
La intimidad del cónclave. El 13 de marzo de 2013, los cardenales sorprendieron al mundo al elegir a Jorge Mario Bergoglio, que no figuraba entre los favoritos papables. Consultado dos años después por la histórica votación, el pontífice argentino admitió: “Yo me vine con una valijita chica porque hice el cálculo, y dije ‘el Papa no va nunca a asumir en Semana Santa. Por lo tanto yo me puedo venir tranquilamente y estar el Domingo de Ramos en Buenos Aires”.
“Los periodistas decían que a lo más yo era un kingmaker, un gran elector, que indicaría a alguno”, empezó, al narrar cómo llegó al cónclave. “El fenómeno de las votaciones ahí, en estos grupos grandes, son un fenómeno interesante”, dijo y explicó: “Hay candidatos ya fuertes. Mucha gente que no sabe dónde dar el voto elige seis, siete, que son los votos depósito. Entonces yo deposito el voto en usted y cuando veo ya quien va se lo doy”.
Al contestar en qué momento se dio cuenta que podría ser el elegido, reveló que fue durante el almuerzo del segundo día, cuando le preguntaron por su salud. “Cuando volvimos a la tarde, se cocinó el pastel, ¿no?, En dos votaciones se acabó todo. O sea que para mí también fue una sorpresa”.
Una vez que Bergoglio ya se encaminaba a ser electo, tuvo una conversación con el cardenal brasileño Claudio Hummes. “En la primera votación de la tarde, cuando vi que ya era irreversible, se me acercó y me dijo ‘no te preocupes, el Espíritu Santo obra así’”, contó. “En la segunda votación, cuando se alcanzan los dos tercios se aplaude, ¿no?. Bueno, él me dijo ‘no te olvides de los pobres’, de ahí salió el nombre Francisco”, completó.
Por último, Bergoglio relató que durante la votación, una y otra vez, rezaba el Rosario: “Me di cuenta que Dios quería eso porque yo tenía mucha paz, hasta inconsciencia diría, para mí fue un signo de que Dios quería eso, porque tenía la paz que hasta el día de hoy no he perdido”. Y concluyó: “No me acuerdo si después me hicieron jurar algo, pedí ir a saludar al cardenal Díaz, que estaba en silla de ruedas, y después me acerqué a Hummes para pedirle que me acompañara, algo que no estaba en el protocolo”.