El papa Francisco conmemoró ayer la Pasión de Cristo en el Coliseo de Roma, colmado por 20 mil personas que asistieron al tradicional Vía Crucis, rodeado por estrictas medidas de seguridad. En su oración, el religioso lamentó la “vergüenza” de que los jóvenes hereden en el futuro “un mundo fracturado por las divisiones y las guerras” de la generación actual.
El religioso argentino, sentado en un trono frente a la escultura de San Pedro, asistió a la ceremonia sin pronunciar homilía alguna, en total silencio, en memoria del calvario de Jesús de Nazaret. En su lugar habló el predicador capuchino, quien se dirigió a los jóvenes. Con una cita de Juan el Evangelista, el apóstol más joven de Jesús, Cantalamessa instó a no amar “el mundo tal como ha llegado a ser bajo el dominio de Satanás y del pecado” y en el que, dijo, desempeña “un papel decisivo” la opinión pública. “¡Tened la valentía de ir a contracorriente! La dirección opuesta, para nosotros, no es un lugar, es una persona, es Jesús, nuestro amigo y redentor”, señaló. Además, el predicador de la Casa Pontificia pidió “salvar el amor humano de la deriva trágica en la que ha terminado”.
El acto, con el que se conmemoró la Pasión de Cristo, comenzó con el Papa tendido en el suelo durante dos minutos, ante el altar mayor. Esta sugestiva ceremonia transcurrió en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, que lució sin ornamentos por el clima de penitencia tradicional del Viernes Santo.
Coliseo. Por la noche, Francisco presidió el Vía Crucis de Cristo. en el Coliseo romano, símbolo de la persecución y del sufrimiento de los cristianos.
Una pareja de sirios y sus tres hijos cargaron la cruz en una de las 14 estaciones, mientras que en otro pasaje fue llevada por monjas que misionaron en Irak. El Vía Crucis revive las diferentes etapas del calvario de Jesús. Los textos leídos en cada estación fueron escritos por 15 jóvenes de entre 16 y 27 años.
Infierno. Una polémica entre el Vaticano y la prensa precedió las celebraciones de ayer. El periódico italiano La Repubblica publicó una entrevista a Francisco, en la que habría afirmado que “el infierno no existe”, declaración que luego fue desmentida por el Vaticano. “Aquellos que se arrepienten obtienen el perdón de Dios y toman su lugar entre las filas de quienes los contemplan, pero aquellos que no se arrepienten y no pueden ser perdonados desaparecen. El infierno no existe, la desaparición de almas pecadoras existe”, habría asegurado en diálogo con Eugenio Scalfaro, fundador del diario italiano. “Los entrecomillados no se deben considerar como una reproducción fiel de las palabras del Santo Padre”, sostuvo el Vaticano en un comunicado.