"Nunca más a la guerra". Con esa frase, el papa argentino, Jorge Mario Bergoglio, comenzó un Ángelus dominical exclusivamente dedicado a pedir paz en Siria y manifestarse en contra de la intervención norteamericana en el conflicto bélico, argumentando que "nunca el uso de la violencia lleva a la paz".
De esa forma, Francisco presionó al congreso estadounidense que debe aprobar la decisión de Barack Obama de desembarcar en el país árabe, luego de que los armados de Bashar Al Assad utilizaran armas químicas en su propio territorio donde se delibera una guerra civil que ya se cobró más de 110 mil vidas. "La violencia llama a la violencia", esgrimió.
Pero no por enfrentar al Vaticano con la decisión de la Casa Rosada, el Papa le quitó responsabilidades al gobierno sirio y cuestionó el uso de armas químicas que generaron "sufrimiento y devastación".
Francisco utilizó todo su discurso en plaza San Pedro para invitar a las partes a "no cerrarse en sus propios intereses", e invitarlas a "emprender con coraje y decisión el camino del encuentro y la negociación, superando el ciego enfrentamiento".
"En estos días mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por los dramáticos desarrollos", dijo el Papa. Por eso, pidió "con todas sus fuerzas" que "las partes en conflicto escuchen la voz de la propia conciencia".
Y llamó a "mirar al otro como un hermano y emprender con coraje y con decisión el camino del encuentro y de la negociación, superando la ciega contraposición". Además, convocó "a toda la Iglesia para el 7 de septiembre próximo, víspera de la Natividad de María reina de la paz, a una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria y en Medio Oriente y en el mundo entero".
Durante su discurso, Bergoglio condenó "con particular firmeza el uso de las armas químicas" que generan "sufrimiento y devastación en este martirizado país, especialmente en la población civil e inerme".
"Pensamos, cuántos niños no podrán ver la luz del futuro. Les digo que tengo aún tristes en la mente y en el corazón, las terribles imágenes de los días pasados", concluyó.