Cercado por la falta de apoyo internacional, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer que está “listo” para dar “la orden de ataque” contra Siria, pero que antes solicitará la aprobación del Congreso norteamericano, en un esfuerzo por dotar de legitimidad la ofensiva. El mandatario afirmó que la intervención militar podría ocurrir “mañana, en una semana o un mes”, al tiempo que cuestionó al presidente sirio, Bashar Al Assad, por la supuesta utilización de armas químicas.
“He decidido que Estados Unidos conduzca una acción militar contra Siria”, dijo el mandatario en un mensaje por televisión, al tiempo que anunció que el ataque “será limitado en su impacto”. Antes del anuncio, Obama dialogó con los líderes de las dos bancadas en el Senado y la Cámara de Representantes. “Considero que tengo el poder de ordenar un ataque sin autorización, pero creo que es necesario generar un debate”, afirmó el líder norteamericano. A menos que convoquen a una sesión extraordinaria, el voto del Congreso llegará recién después del 9 de septiembre, cuando los parlamentarios retomen su labor tras el período de receso.
También habrá que esperar algunas semanas para conocer el informe de las Naciones Unidas sobre el supuesto uso de armas químicas en Siria.
Ante el anuncio del ataque, el Ejército sirio respondió que está listo y tiene “el dedo en el gatillo” para defenderse. Según afirmó ayer el primer ministro Wael Al Halqi, las Fuerzas Armadas “están listas para afrontar todos los desafíos”.
Por su parte, el Kremlin también le envió un duro mensaje a la Casa Blanca. “Estados Unidos debería presentar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas las eventuales pruebas de un ataque químico en Siria”, afirmó el presidente ruso, Vladimir Putin, al calificar de “insensata” la acusación sobre Al Assad. La tensión aumenta a pocos días de que el jueves se realice una reunión del G20 en San Petersburgo.
En ese contexto, la acción militar no contará con el apoyo de Naciones Unidas. Tan sólo Francia comprometió su apoyo a la intervención militar, que se espera para las próximas semanas. Londres anunció que no participará de la operación, tras perder el oficialismo una votación sobre la ofensiva en el Parlamento.
Obama anunció que atacará Siria el mismo día en el que culminaba la presidencia argentina del Consejo de Seguridad, que hoy quedará en manos de Australia. La embajadora argentina Marita Perceval encabezó en agosto las reuniones del organismo durante la crisis en Siria.
Sin embargo, Argentina y el resto de los miembros no permanentes no tuvieron protagonismo y quedaron relegados de las discusiones que mantuvo el famoso P5, integrado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia. Esos países, con derecho a veto en el Consejo, trataron un borrador de resolución británica, que autorizaba todas las acciones necesarias para “proteger a los civiles”, sin informar a las demás delegaciones. “Ni siquiera hemos tenido la oportunidad de opinar. Nos estamos enterando de lo que está pasando por la prensa. Eso nos tiene preocupados”, confió a PERFIL Gert Rosenthal, embajador de Guatemala, el otro país latinoamericano que integra el Consejo.
“La presidencia de Argentina fue pobre. Esto pasó por una falta de aptitud diplomática de la delegación. Es una pena”, consideró, por su parte, Roberto García Moritán, ex representante argentino ante el organismo.
El anuncio de Obama, que desató vientos de guerra en Medio Oriente, busca castigar a Al Assad, pero no deponerlo. Tampoco garantiza que se detenga la matanza de más de 100 mil inocentes en Siria.