Estados Unidos tomó una medida aparentemente técnica sobre el programa atómico de Irán, pero que parece ser un gesto notable hacia Teherán cuando las negociaciones para salvar el acuerdo sobre el asunto entran en la recta final, con el restablecimiento de exenciones a sanciones.
“Hemos decidido restablecer una exención de sanciones para permitir la participación externa” con el objetivo de garantizar la “no proliferación” nuclear, debido a las “crecientes preocupaciones” derivadas del continuo desarrollo de las actividades atómicas iraníes, confirmó un alto funcionario estadounidense.
Sin un anuncio oficial, el gobierno de Joe Biden restableció las exenciones claves que protegían a los países extranjeros y las empresas involucradas en proyectos nucleares no militares de la amenaza de sanciones estadounidenses, pero que se habían revertido bajo la presidencia del expresidente republicano Donald Trump (2017-2021).
La reanudación de las exenciones “sería esencial para lograr el rápido cumplimiento de Irán” de sus compromisos si es que un nuevo pacto para supervisar el programa nuclear iraní puede ser alcanzado en conversaciones en Viena, Austria, precisó el funcionario.
Allanar caminos. La exención permite a otros países y empresas participar en el programa nuclear civil de Irán sin que se les apliquen sanciones estadounidenses, en nombre de la promoción de la seguridad y la no proliferación nuclear. El programa civil incluye a las crecientes reservas de uranio enriquecido del país.
“En ausencia de esta exención de sanciones, no pueden tener lugar discusiones técnicas detalladas con terceras partes sobre la eliminación de las reservas y otras actividades de valor para la no proliferación”, apuntó el funcionario, que pidió anonimato.
El paso se tomó cuando las conversaciones para restaurar el acuerdo denominado Plan de Acción Integral Conjunto de 2015, o Jcpoa, del que el Trump se retiró unilateralmente en 2018, estaban en una etapa avanzada.
Biden se movió rápidamente para volver al acuerdo después de que se convirtió en presidente hace un año, pero Irán, mientras tanto, se ha acercado cada vez más a la producción de suficiente material físico para desarrollar un arma nuclear.
Las conversaciones de Viena, en las que participan Irán, Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia, se encuentran en una fase clave en la que las partes tienen que tomar “decisiones políticas críticas”, señaló la Casa Blanca la semana pasada.
“Las discusiones técnicas facilitadas por la exención son necesarias en las últimas semanas de las conversaciones del Jcpóa”, precisó el viernes el mencionado funcionario del Departamento de Estado.
“Una buena señal”. Incluso si no se alcanza un acuerdo final, la exención es importante para mantener discusiones sobre la no proliferación de armas nucleares, de interés para el mundo entero. Según el funcionario de la Casa Blanca, la movida no es “parte de un quid pro quo (una cosa por otra)”, ya que los socios en las conversaciones del Jcpoa, esperan una respuesta de Irán en temas clave.
Pero el alto funcionario administrativo, que informó a los periodistas sobre las conversaciones la semana pasada, remarcó que el tiempo se estaba agotando, y urgió a Teherán a tomar decisiones importantes. “Pienso que estamos en un punto donde algunas de las decisiones políticas más críticas deben tomarse por todas las partes”, señaló.
Así, el funcionario propuso un diálogo directo entre Washington y Teherán para enfocarse en los temas más difíciles que separan a las partes. “Si nuestra meta es alcanzar un entendimiento pronto, la vía óptima para hacerlo, en cualquier negociación, es que las partes que tienen más en juego se reúnan directamente”, indicó.
A finales de enero, Irán sostuvo por primera vez que estaba abierto a la idea de negociaciones directas con Estados Unidos, pero desde entonces no ha aclarado su posición.
Expertos indican que las conversaciones del Jcpoa puedan retomarse la próxima semana, tras interrumpirse hace una semana.
Barbara Slavin, una experta iraní en el Consejo Atlántico, afirmó que la reanudación de la exención era un paso positivo. “Es un prerrequisito necesario para restaurar al Jcpoa y, por ende, una buena señal que esto pueda lograrse”, explicó.
“Estas sanciones estaban entre las más tontas y más contraproducentes impuestas por la administración anterior”, agregó.