Bajo una fina lluvia, un grupo de activistas estadounidenses por el clima lanza bombas de humo en Glasgow, ciudad escocesa escenario de una COP26 crucial para el futuro del planeta que se prepara para recibir a líderes y manifestantes de todo el mundo.
La creciente nube de humo se dirige a los jefes de Estado y de gobierno que se reunirán en la cumbre de la ONU, cuando comience el domingo. Los manifestantes irán creciendo a medida que los delegados que asisten a la COP vayan aterrizando en Glasgow, urbe que todavía intenta recuperar la normalidad tras el confinamiento impuesto por la pandemia.
“Estoy muy orgullosa de que la COP se celebre en Glasgow”, explica Isabelle Barkley, una residente que camina tranquilamente hacia los manifestantes instalados en George Square, en pleno centro.
En esta plaza, Barkley ha visto pasar a Nelson Mandela a lo largo de los años, así como innumerables mítines por la independencia de Escocia y protestas del movimiento Black Lives Matters.
En las próximas dos semanas, la plaza será el punto de encuentro de activistas por el clima. Según los organizadores, se prevé que acudan hasta 100 mil personas en una macromanifestación que se organizará el 5 de noviembre.
“Tenemos que ser positivos, recordar que todos podemos hacer algo. Comer menos carne, comprar menos plástico”, subraya Barkley.
Las fuertes lluvias han enjuagado la ciudad, donde se espera a más de cien líderes, incluido el presidente estadounidense, Joe Biden. Como una manera de recordatorio de que la amenaza ya existe, muchas calles del centro están inundadas. En cuanto a las medidas de seguridad, la policía ha bloqueado un gran perímetro alrededor del Scottish Campus Event que albergará el evento, cerca de las orillas del río Clyde, lo que dificulta la vida cotidiana de los residentes. A muchos de ellos les preocupa que el acontecimiento provoque un aumento en los casos de covid-19, en un momento en el que el Reino Unido está registrando una de las tasas de contagios más altas del mundo. Según Devi Sridhar, profesora de Salud Pública de la Universidad de Edimburgo, miembro del grupo encargado de asesorar al gobierno escocés sobre el coronavirus, la cumbre, que debe recibir a 25 mil delegados de 200 países, llega en el peor momento. Sridhar cree que puede ser la causa de un nuevo pico y el regreso de las restricciones este invierno.
“Un fracaso y una mentira”. “Puedo estar equivocada, y eso espero, pero un evento masivo con gente yendo y viniendo con un virus contagioso conducirá a un repunte de casos”, tuiteó la profesora. Un empeoramiento de la epidemia “pesará sobre el servicio de salud” y “requerirá nuevas restricciones”, precisó Sridhar.
Shaun Clerkin, un residente de Glasgow que observa cómo los manifestantes estadounidenses arrojan bombas de humo, espera lo peor. “Para ser sincero, creo que la COP26 será un fracaso y una mentira”, piensa este ciudadano, de 60 años, que cree que los organizadores están invadiendo la vida cotidiana de los habitantes, aislando a los visitantes de los problemas sociales muy reales de la ciudad.
“Tenemos personas sin hogar en nuestras calles, asegura, que viven en alojamientos temporales y hoteles, en instalaciones deficientes”, agrega. “Al final, el municipio quiere ocultar a los sin techo y a los pobres de los delegados de la conferencia”, lamenta Clerkin.
Pero para los activistas en George Square solo hay una lucha que importa. “El resultado es nada menos que la vida y la muerte de personas en todo el mundo”, señala Andrew Nazdin, el organizador de la manifestación. “Necesitamos que los líderes de todo el mundo se movilicen”, opina el joven de 33 años.
Según Nazdin, los jefes de Estado y de gobierno tienen una oportunidad de oro para actuar, y los manifestantes estarán allí para recordárselos “alto y claro”.
*AFP