Juan Guaidó, titular de la Asamblea Nacional, juramentado presidente encargado de Venezuela, llegó ayer a Ecuador, en una larga gira regional que incluyó Brasil, Paraguay y la Argentina. Antes de reunirse con el presidente Lenín Moreno en la Base Naval de Salinas, reiteró su propuesta de amnistía a los militares que le suelten la mano a Nicolás Maduro. Así, continuó con su estrategia de reunir apoyos internacionales y locales para poner fin a la “usurpación de la presidencia”. “Continúa nuestra gira para lograr el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres”, escribió en su cuenta de Twitter.
Llegó a Guayaquil acompañado por su esposa, Fabiana Rosales, a bordo de un avión Legacy 600 y fue recibido por el canciller subrogante, Andrés Terán, y por una guardia militar. Tras el saludo protocolar, se acercó a saludar a una decena de venezolanos que lo esperaban junto a las rejas de la Base Aérea de Guayaquil. Los manifestantes le pidieron que intermedie con Moreno para que acepte a venezolanos con pasaportes vencidos. “Nuestro rol aquí es velar por el derecho humano primero de todos en la región”, afirmó Guaidó a sus compatriotas.
Moreno dio la bienvenida a Guaidó y le reiteró el respaldo de su Gobierno, que lo reconoció como presidente el mismo día que se juramentó, aunque la representación diplomática en Quito aún está a cargo de funcionarios ligados a Nicolás Maduro.
Amnistía. Guaidó elogió las sanciones que Estados Unidos aplicó el viernes a seis miembros de las fuerzas militares, por su supuesta colaboración en el bloqueo al ingreso de ayuda humanitaria. “Reiteramos que habrá amnistía y garantías para todos aquellos que se pongan del lado de la Constitución. Quienes vayan en contra del pueblo tendrán que asumir las consecuencias de sus acciones ante la Justicia”, tuiteó, al publicar una fotografía junto a los militares que desertaron y llegaron a Colombia en la última semana.
Regreso. Tras la reunión con Moreno, Guaidó recorrió el Malecón de Salinas. El líder de la oposición visitará hoy Perú y luego volvería, según adelantó, a Venezuela. En ese sentido, el gobierno de Jair Bolsonaro defendió ayer que pueda regresar a Venezuela tras su gira por América del Sur. “El gobierno brasileño, al rechazar las intimidaciones y amenazas del régimen de Maduro contra el presidente encargado de Venezuela y su familia, manifiesta la expectativa de que su regreso a Venezuela ocurra sin incidentes”, según un comunicado divulgado por el Ministerio de Relaciones Exteriores. El canciller Bruno Araújo agregó que espera que “los derechos y la seguridad del presidente Guaidó, de sus familiares y de sus asesores sean plenamente respetados por aquellos que aún controlan el aparato de represión del régimen”.
Por su parte, la Unión Europea (UE) avisó que cualquier acción que ponga en peligro “la libertad, seguridad o integridad personal” del líder de la Asamblea Nacional incrementará la tensión y será condenada. La alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, recordó que Guaidó “goza de inmunidad otorgada por la Constitución que debe ser plenamente respetada”.
Los seguidores de Guaidó temen que sea detenido si regresa al país, pero también anhelan que continúe la ofensiva para desalojar a Maduro del poder. Si lo arrestan, Maduro enfrentará la crítica de los más de cincuenta países que reconocen al opositor como presidente encargado. Si, en cambio, lo dejan reingresar al país, pese a haber violado una orden judicial que le prohibía salir, la autoridad del líder bolivariano se verá socavada.
Guaidó salió inesperadamente de Venezuela hace diez días para asistir a un megaconcierto en la fronteriza ciudad colombiana de Cúcuta y apoyar el ingreso de ayuda humanitaria. Prometió regresar “pese a las amenazas” para lograr un gobierno de transición y elecciones “libres”. “Viene con más apoyo internacional, respaldado por Estados Unidos y su amenaza de actuar más fuertemente si lo tocan. Pero corre el riesgo de una detención o ataques a su integridad física”, comentó el politólogo Luis Salamanca.
Reacción. En una entrevista con el canal RT en Moscú, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, afirmó que le da “vergüenza ajena” el “ridículo internacional” en su gira por países de la región. “Se autoproclamó presidente en una plaza pública y ahora lleva esta extravagancia y ridiculez a algunos países, cuyos gobiernos son satélites de EE.UU”, aseveró.
El chavismo denuncia “incursiones violentas”
El gobierno venezolano denunció ayer que los más de 500 militares que desertaron en los últimos días al cruzar la frontera hacia Colombia planean una incursión violenta en el país con el apoyo de Estados Unidos. “Denuncio y alerto al país, que el narcogobierno de Iván Duque, con la excusa del ‘estatus de refugiado’ que otorgó a los mercenarios y traidores que huyeron el pasado 23F, usa a la Acnur en Cúcuta para cubrir logística de alojamiento”, indicó en Twitter el dirigente chavista Freddy Bernal. Además, señaló que el grupo de desertores, que según Migración Colombia llega a 567, está liderado por el general retirado Cliver Alcalá, un antiguo militar chavista. “Ellos pretenden en los próximos días efectuar incursiones violentas contra Venezuela con armamento comprado por Estados Unidos en Europa del Este”, prosiguió Bernal. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, dijo que son al menos 109 los desertores, para los que pidió la degradación y expulsión de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que aún es leal a Maduro.
