Nikki Haley, de 51 años fue gobernadora de Carolina del Sur durante seis años antes de ser embajadora del presidente Donald Trump ante las Naciones Unidas. Nimrata Randhawa, como indica su documento, adelantó el anuncio oficial de su candidatura -aunque sin decirlo explícitamente, pero sin dejar dudas al respecto- para dentro de dos semanas. “¡Mi familia y yo tenemos un gran anuncio para compartir con ustedes el 15 de febrero! Y sí, ¡definitivamente va a ser un gran día en Carolina del Sur!”, escribió en Twitter.
La pujante política de origen indio deslizó durante una entrevista con la cadena Fox su posición como posible primera rival de Trump: “Es hora de una nueva generación. Es hora de un nuevo liderazgo. Y de recuperar nuestro país. Vale la pena luchar por EE.UU., y apenas estamos comenzando”.
Mientras muchos posibles candidatos del partido Republicano estuvieron anunciándose como tales desde 2018, la estrategia de Haley fue distinta. Regresó a Carolina del Sur, donde compró una casa en Kiawah Island, se unió a la junta directiva del fabricante de aviones Boeing Co. y se lanzó al circuito de conferencias, cobrando tarifas de hasta 200.000 dólares. Además, escribió dos libros, un paso comúnmente dado por muchos en el camino hacia la Casa Blanca.
A pesar de haberle dicho en 2021 a The Associated Press que "no se postularía si el presidente Trump lo hace", Haley aumentó la actividad a través de su comité de acción política y sin fines de lucro Stand for America donde respaldó a docenas de candidatos en las elecciones de mitad de período de 2022.
De confirmarse su postulación como candidata presidencial republicana de 2024, Haley, se convertirá en la segunda mujer de color en buscar la nominación del Partido Republicano para la Casa Blanca. Su antecesora fue Angel Joy Chavis Rocker, una consejera escolar de Florida, que ingresó a la carrera presidencial de 2000 como republicana, convirtiéndose en la primera afroamericana en hacerlo.
Religión, raza y género
Tal como publicó en uno de sus libros, el tema de religión, su raza e incluso el género “serán un tema constante” durante su gobernación. La historia de la futura rival de Trump comenzó mucho antes de aquel enero de 1972 cuando el Dr. Watson intervino para que los Randhawa tuvieran a su tercera niña y futura candidata.
Ajit y Raj Randhawa llegaron a Estados Unidos como una familia de buen pasar económico en la India. Los padres de Nikki Haley decidieron instalarse en la zona rural de Carolina del Sur en 1969 cuando la segregación gobernaba en ciudades del sur como Bamberg: bares, escuelas, vecindarios, todo estaba atravesada por esa grieta. Así fue como se transformaron en la única familia india en el condado rural de Bamberg.
El padre de Haley tomó un puesto de profesor en Voorhees College, una pequeña escuela históricamente de población negra cerca de Bamberg. Sus vecinos serían unos miles de trabajadores que se dedicaban, en su mayoría, a cultivar o trabajar en la fábrica de algodón local.
Al poco tiempo la familia Randhawa quiso adquirir una casa y recurrió al Dr. Watson, obstetra y partero de los primeros dos hijos, Simran y Mitti. Watson, un hombre blanco, le mostró a Randhawa dos casas, ambas en partes de población blanca de la ciudad. La apariencia del hombre con su turbante y la mujer vestida con un sari provocaron la negativa de ambos propietarios y vecinos. Entonces, Watson encontró una tercera casa, situada cerca de Bamberg Textile Mill. Entonces el doctor se comunicó con el director ejecutivo de la fábrica y lo convenció de que dejara que la familia india se mudara allí. Meses más tarde, en 1972, nacería Nimrata Nikki Randhawa, más conocida como Nikki Haley y al poco tiempo su último hermano, el pequeño Simmi.
Lucha y conocimiento
La pequeña Nikki Haley, luego de un largo proceso de adaptación como la única niña india del colegio y como consecuencia de sus saberes aprendidos en el seno familiar hizo que con 7 años asistiera a clases con niños de 8 y 9 años. A diferencia del resto, ella ya sabía leer y escribir en cursiva y tenía una habilidad especial en matemáticas.
Ante los diferentes planteos de Nikki su madre le dejó una frase que la acompañó durante toda su carrera y que, en la actualidad, toma más fuerza: “Tu trabajo no es mostrarles en qué eres diferente. Tu trabajo es mostrarles en qué te pareces”.
Puntos destacados de su trayectoria
Camaleónica y perseverante, Haley no solo logró ganar dos veces las elecciones para gobernadora de Carolina del Sur, sino que nunca tuvo una pelea pública con Trump.
Su condición de minoría desde sus primeros pasos forjó un temperamento tal que doblegó al propio director del Consejo Económico Nacional, Larry Kudlow, en 2018. Por aquel entonces, Kudlow sugirió que Haley había sufrido una "confusión momentánea" sobre un tema vinculado a la administración Trump. De inmediato, Haley le respondió: “Con el debido respeto, no me confundo”. Kudlow terminó asumiendo su error y se disculpó.
A lo largo de su carrera, Nikki Haley se ganó una reputación en el Partido Republicano como una sólida conservadora que tiene la capacidad de abordar cuestiones de género y raza de una manera más creíble que muchos de sus compañeros. Además de ser una firme defensora de los intereses estadounidenses en el extranjero, ya que se desempeñó como embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas bajo Trump de 2017 a 2018.
También desarrolló una reputación como líder favorable a los negocios que se enfocaba en atraer empresas importantes al estado en 2015. Ese mismo año, ya como gobernadora, firmó un proyecto de ley que retiraba la bandera de batalla confederada de los terrenos del capitolio del estado de Carolina del Sur, luego del asesinato de nueve feligreses negros por parte del supremacista blanco Dylann Roof.
“Tu trabajo no es mostrarles en qué eres diferente. Tu trabajo es mostrarles en qué te pareces”.
Un año más tarde, en relación con la matanza a tiros a manos de un supremacista blanco que provocó la muerte de nueve afroamericanos durante un acto religioso en una iglesia metodista de Charleston (Carolina del Sur) subrayó: “Vimos y miramos a los ojos el verdadero odio el año pasado en Charleston. No me detendré hasta que luchemos contra un hombre que elige no repudiar al KKK. Esa no es la persona a la que queremos como presidente. Ese no es nuestro partido, y no es el país al que vinieron mis padres”.
En 2017, cuando las denuncias por acoso sobrevolaban la Casa Blanca, Haley dijo que las mujeres que habían acusado al presidente de manosearlas sin su consentimiento “deberían ser escuchadas”.
Su última gran confrontación con el partido fue como consecuencia de los incidentes del 6 de enero de 2021 cuando partidarios de Trump atacaron el Capitolio. Al día siguiente, la candidata expresó: “sus acciones desde el día de las elecciones serán juzgadas con dureza por la historia".
"Tenemos que ir en una nueva dirección y yo puedo ser ese líder", afirmó Haley.
En enero de 2023, Haley participó de una entrevista para la cadena Fox News. “Cuando buscas una candidatura a la presidencia, miras dos cosas”, comenzó Haley. "Uno primero mira si la situación actual empuja a un nuevo liderazgo. La segunda pregunta es, ¿soy yo esa persona que podría ser ese nuevo líder? Sí, tenemos que ir en una nueva dirección", dijo Haley. "¿Y puedo ser ese líder? Sí. Creo que puedo ser ese líder".
Los últimos datos de una encuestadora realizada por la firma de encuestas Trafalgar Group, que incluyó candidatos actuales y probables, tiene a Trump en primer lugar con 43% y a Haley en cuarto lugar con 12%. Siendo Ron DeSantis, gobernador de Florida, y el senador Tim Scott los que cierran el podio. Sin embargo, Nikki Haley está acostumbrada a correr desde atrás y por algo se ganó la reputación de salir victoriosa en carreras difíciles de ganar.