“Los negros son estúpidos y violentos. La segregación no es algo malo; es una medida defensiva”. Así afirmaba Dylann Roof, el joven asesino en la iglesia de Charleston, en un “manifiesto” que publicó en un sitio de internet en febrero, cuatro meses antes de la masacre del miércoles, que les costó la vida a nueve personas.
Los motores de búsqueda que utilizan el FBI y otras agencias de seguridad norteamericanas ya habían detectado el manifiesto, pero las autoridades dudaban de la autenticidad del sitio, titulado The Last Rhodesian, en referencia a Rodesia, antigua colonia británica que estuvo gobernada por la minoría blanca hasta convertirse en el actual Zimbabue en 1980, y que fue baluarte del apartheid y de la segregación racial.
La imagen inicial del manifiesto, un fotograma tomado de las secuencias finales de la película Skinheads, con Russell Crowe, es todo un ícono. También resultan simbólicas las otras fotografías que retratan a un Roof con el torso desnudo, con una pistola y con una bandera confederada u otra en la que se lo ve prendiendo fuego a una enseña norteamericana.
El texto revela una visión racista: “No tengo otra opción que ir al gueto y combatir”, escribe, a modo de anticipo de la masacre que cometería en Charleston. “Es la ciudad más histórica de mi estado y al mismo tiempo con un porcentaje más alto de negros sobre blancos en el país. Aquí no hay skinheads, ningún verdadero KKK (Ku Klux Klan), nadie hace nada más que hablar en la web. Alguien debe tener el coraje de hacer algo real, y creo que me tocará a mí”, asegura Roof en el texto.
Plan. El sito web, registrado con el nombre de Dylann Roof en febrero, sugiere que la masacre había sido planificada. Luego, el joven explica que lo que lo “despertó” en sus sentimientos fue el homicidio del joven afro-estadounidense desarmado Trayvon Martin, asesinado en Florida en 2012 por un agente.
Roof no sólo despliega afirmaciones de odio contra los negros sino también contra los hispanos, a quienes considera “enemigos” y un “enorme problema para los estadounidenses”. Asimismo, define a los judíos como “un enigma”, aún aceptándolos en cuanto “blancos”.
El anuncio termina: “Estoy apurado y debo dejar de lado algunos de mis mejores pensamientos. Pero estoy convencido de que las grandes mentes blancas ya están ahí fuera”.
Polémica por la bandera confederada
Las imágenes del asesino de Charleston con una bandera confederada reavivaron las críticas de la comunidad afronorteamericana al hecho de que esa enseña –símbolo del sur esclavista en la Guerra de Secesión– siga flameando cerca de la Casa de Gobierno de Carolina del Sur, en Columbia, la capital del estado. “Es hora de dejar atrás ese símbolo de la rebelión y el racismo y avanzar para restañar las heridas y hacia un Estados Unidos mejor”, exhorta una petición en línea de la organización de izquierda MoveOn.org, que recogió 320 mil firmas hasta ayer. Las banderas estadounidense y de Carolina del Sur fueron colocadas a media asta luego de la masacre del miércoles en la iglesia Africana Metodista Episcopal Emanuel, una de cuyas víctimas fue Clementa Pinckney, pastor y senador demócrata estatal. Carolina del Sur fue el último estado en retirar la bandera confederada de su casa de gobierno, en 2000. La bandera flamea hoy en un mástil, a nueve metros del edificio.
Fuente: Agencias