INTERNACIONAL
500 muertos

Hamas sorprende a Israel con un brutal ataque en el sur del país

Milicianos palestinos penetraron Israel desde la Franja de Gaza, sorprendiendo a las fuerzas de seguridad, en un ataque combinado por tierra, aire y mar. Durante horas controlaron aldeas de la región, en las que masacraron a civiles y se llevaron rehenes hacia su territorio. Israel respondió con una feroz ofensiva sobre Gaza. “Estamos en guerra”, anunció el premier Benjamin Netanyahu, que advirtió que Hamas “pagará un precio sin precedentes”.

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| AFP

El grupo palestino Hamas lanzó ayer un ataque sorpresa a gran escala contra Israel, disparando miles de cohetes desde Gaza y enviando combatientes para matar o secuestrar civiles, mientras Israel tomaba represalias con devastadores ataques aéreos.

Los tiroteos se prolongaron durante toda la noche y se informó de la muerte de al menos 250 personas en Israel, mientras que las autoridades de Gaza elevaron a 232 el número de víctimas mortales en la escalada más sangrienta del conflicto en años, que también dejó muchos centenares de heridos en ambos bandos.

“Estamos en guerra”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a la nación atónita mientras las fuerzas aéreas bombardeaban objetivos en el enclave costero bloqueado, incluidos varios conjuntos de torres residenciales que quedaron completamente destruidos.

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“El enemigo pagará un precio sin precedentes”, prometió el veterano primer ministro después de que Hamas lanzara su primera ofensiva combinada por tierra, mar y aire, medio siglo después del estallido de la guerra árabe-israelí de 1973.

El ejército declaró por la noche que sus fuerzas seguían librando combates con armas reales en 22 localidades, en una operación en curso denominada “Espadas de hierro”, mientras se llamaba a filas a los reservistas. “Todavía hay 22 lugares en los que nos estamos enfrentando a terroristas que entraron en Israel, desde el mar, desde la tierra y desde el aire”, dijo el portavoz del ejército Richard Hecht, añadiendo que el ataque de Hamas incluía una “fuerte invasión terrestre”.

Dijo que había una “grave situación de rehenes en Beeri y también en Ofakim”, dos comunidades del desierto del Néguev, al este de Gaza.

Hamas difundió antes imágenes de varios israelíes cautivos, y otro portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, confirmó que “hay soldados y civiles secuestrados. No puedo dar cifras sobre ellos en este momento. Es un crimen de guerra cometido por Hamas y pagarán el precio”.

El grupo islamista inició el ataque múltiple hacia las 6.30 de la mañana con miles de cohetes dirigidos hasta Tel Aviv y Jerusalén, algunos sorteando el sistema de defensa Cúpula de Hierro y alcanzando edificios.

Los combatientes de Hamas –que viajaban en vehículos, barcos y parapentes motorizados– traspasaron la barrera de seguridad de Gaza y atacaron ciudades y puestos militares israelíes cercanos, abriendo fuego contra residentes y transeúntes. “Envíen ayuda, por favor”, suplicaba una mujer israelí refugiada con su hijo de 2 años cuando los militantes abrieron fuego e intentaron entrar en su habitación segura, informaron los medios de comunicación israelíes.

La televisión mostró imágenes de atacantes que se reunían en torno a un tanque israelí en llamas, y cómo otros conducían un Humvee militar israelí incautado de vuelta a Gaza, donde fueron recibidos por multitudes que los vitoreaban. Se vieron cadáveres tendidos en las calles de Sderot, cerca de Gaza, y en el interior de automóviles, con los parabrisas destrozados por las balas.

“Vi muchos cadáveres, de terroristas y de civiles”, dijo a la prensa un hombre que dio su nombre como Shlomi, junto a cadáveres cubiertos en una carretera cerca del kibutz de Gevim, en el sur de Israel.

“Tantos cadáveres, tantos cadáveres”.

Reacciones. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a realizar “esfuerzos diplomáticos para evitar una ampliación de la conflagración”.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá hoy para abordar la situación. 

La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, condenó el “terrorismo” de Hamas y se dijo preocupada por una “escalada” que arrastre a “otros” actores al conflicto.

La ofensiva fue celebrada por dos enemigos de Israel en la región: el movimiento chiita libanés Hezbolá e Irán. “La resistencia ha logrado hasta ahora victorias espectaculares durante esta operación”, declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Islámica, Nasser Kananim, en referencia al movimiento palestino.

Estados Unidos reafirmó su compromiso “inquebrantable” con Israel y prometió asegurarse de que su aliado tuviera los medios para protegerse.  Rusia pidió un alto el fuego “inmediato” y Turquía instó a evitar una escalada.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo país ejerce este mes la presidencia del Consejo de Seguridad, pidió esfuerzos internacionales para “retomar inmediatamente” las negociaciones.

Puertas del infierno. El general de división del ejército israelí Ghasan Alyan advirtió que Hamas había “abierto las puertas del infierno”. En Gaza se pudo ver humo saliendo de los restos de una torre residencial que, según el Ministerio del Interior de la Franja, contenía 100 apartamentos y estaba completamente destruida. 

El ejército israelí dijo que había advertido a los residentes que evacuaran antes de atacar los edificios de varias plantas utilizados por Hamas.

La organización humanitaria Médicos sin Fronteras declaró que uno de los ataques había alcanzado el hospital indonesio del enclave y una ambulancia frente al hospital Nasser, en el sur de Gaza, causando varias muertes.

Al caer la noche, la compañía eléctrica estatal israelí cortó el suministro eléctrico a Gaza.

La escalada se produce tras meses de creciente violencia, sobre todo en la Cisjordania ocupada, y de tensiones en torno a la frontera de Gaza y en los disputados lugares sagrados de Jerusalén.

Hamas calificó su ataque de “Operación Inundación de Al-Aqsa” y pidió a los “combatientes de la resistencia en Cisjordania”, así como en “naciones árabes e islámicas”, que se unieran a la batalla.

“Decidimos poner fin a todos los crímenes de la ocupación (Israel)”, declaró su brazo armado, las Brigadas Ezzedine al-Qassam, afirmando haber disparado más de 5 mil cohetes.

Hecht declaró que Israel había contabilizado más de 3 mil cohetes lanzados a lo largo del día.

El jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, afirmó que el grupo estaba “a punto de lograr una gran victoria y una clara conquista en el frente de Gaza”.

“Ya basta”, dijo en un discurso televisado. “Debe completarse el ciclo de intifadas (levantamientos) y revoluciones en la batalla por liberar nuestra tierra y a nuestros prisioneros que languidecen en las cárceles de la ocupación”.

Sirenas. Las sirenas antiaéreas sonaron en el sur y el centro de Israel, así como en Jerusalén, donde los sistemas de defensa antiaérea interceptaron varios cohetes. En Tel Aviv se abrió un enorme boquete en un edificio y los residentes subieron a un autobús para buscar refugio en un hotel.

Los impactos de cohetes dejaron coches ardiendo bajo edificios residenciales en la ciudad israelí de Ashkelon, al norte de Gaza. Entre los muertos se encuentra el presidente de un consejo regional de comunidades israelíes al noreste de Gaza, que murió en un tiroteo. 

Las escuelas permanecerán cerradas hoy, inicio de la semana en Israel.

El conflicto provocó importantes trastornos en el aeropuerto de Tel Aviv, con American Airlines, Emirates y Ryanair entre las compañías con vuelos cancelados.

Hamas se hizo con el control de Gaza en 2007, lo que provocó el bloqueo israelí de este empobrecido enclave de 2,3 millones de habitantes. Desde entonces, Israel y Hamas han librado varias guerras. En el último gran intercambio militar, en mayo, murieron 34 palestinos y un israelí.

Ayer, en el norte de Gaza, cientos de personas huyeron de sus casas cargadas de alimentos y mantas. 

En toda Cisjordania, incluida la anexionada Jerusalén Este, tres palestinos murieron y unos 80 resultaron heridos en enfrentamientos con fuerzas israelíes y colonos, según el Ministerio de Sanidad palestino y la Media Luna Roja. En la parte oriental de Jerusalén anexionada a Israel, algunos residentes palestinos vitorearon e hicieron sonar las bocinas de sus coches mientras sonaban las sirenas.