El enésimo encontronazo entre Estados Unidos y China, ahora por el episodio de los globos se enmarca en el interés de Washington en reforzar su presencia militar y económica en la región del Indo-Pacífico, donde China también busca consolidar una posición hegemónica.
En su discurso del Estado de la Unión, Biden dejó claro el interés estadounidense en la región: “Estamos buscando competencia, no conflicto”. Aun así, Estados Unidos lleva mucho tiempo fortaleciendo su presencia militar en el Indo-Pacífico. Expertos temen que esta expansión complique la integración económica de la potencia en la región.
“Desde alrededor de 2014, ha habido un incremento en la atención de parte de los Estados Unidos hacia el Pacífico occidental y los intereses y la presencia de los EE.UU. allí. Ahora, no se ha visto mucho cambio en postura. Pero si ha habido un incremento en algunas actividades. Hacemos operaciones de libertad de navegación, y esa cadencia ha aumentado en los últimos años”, explico Melanie Sisson, un miembro del programa de Política Exterior en el Centro Strobe Talbott para Seguridad, Estrategia, y Tecnología del think tank Institución Brookings.
Según Sisson, el desarrollo más reciente en la expansión de los Estados Unidos en el Indo-Pacífico involucra a las Filipinas. Al principio del mes, Washington anunció un nuevo acuerdo que revitaliza su presencia militar en el país. El acuerdo permite que los Estados Unidos estacione equipos y cree facilidades en nueve locaciones en la nación, para reforzar alianzas que puedan prevenir conflicto entre las naciones cercanas de Taiwán y China.
“Lo que espero es que, honestamente, Taiwán vaya a recibir menos atención en términos de preocupaciones militares en el futuro cercano. Espero que los Estados Unidos permanezcan en el marco de su política hacia Taiwán, que es la de “una sola China”, agrega la especialista. Esa política tiene tres supuestos: paz en el Estrecho de Taiwán, que el Ejército Popular de Liberación no ataque, y que Taiwán no declare su independencia.
“Me preocupa que haya un énfasis en la dinámica militar de esa relación, donde el Ejército Popular de Liberación ha logrado capacidades que incomodan a los Estados Unidos, que trabajan para abordar ese elemento militar. Eso debe hacerse con mucho cuidado, respetando los límites de la política de una sola China”, resume Sisson.
Otros. Filipinas no es el único país que ha tomado medidas para reforzar su alianza con los Estados Unidos. En enero, el Pentagóno anunció un aumento en el despliegue de armas avanzadas en Corae del Sur, como parte del entrenamiento conjunto para enfrentar eventuales agresiones de Pyongyang. También en enero, representantes de Japón visitaron a Washington para negociar el fortalecimiento de su alianza militar con los Estados Unidos. Se acordó potenciar las capacidades de los sistemas misilísticos en Japón y revitalizar la unidad marina estadounidense en Japón, haciéndola más flexible en el caso de algún combate potencial.
Según Andrew Yeo, profesor de Política en la Universidad Católica de América y Cátedra de la Fundación SK-Korea del Centro de Estudios de Políticas de Asia Oriental en la Institución Brookings, las medidas de los Estados Unidos son necesarias en parte porque China se está involucrando en la geopolítica de una manera más “audaz”, citando incursiones en el mar del Sur de China, vuelos que atraviesan el espacio aéreo de varios países y los globos.
Pero para Sisson, el asunto del globo “infló” demasiado. Para la especialista, es lógico que China tenga interés en el Pacífico occidental y, tras la información que ha seguido surgiendo, está convencida de que la presencia del globo fue un accidente y que la diplomacia estadounidense manejó mal el asunto.
Tanto Sisson como Yeo advierten por los riesgos que entraña la expansión de Estados Unidos en el Indo-Pacífico. Sisson teme que las medidas militares den la impresión incorrecta de las intenciones de Washington en la región, mientras que Yeo especula que ciertas medidas económicas en contra de China puedan alejar a países aliados.
“Yo sé que ha habido dinámicas de política interna en Japón, por ejemplo, que tienen que ver con nuestra base y presencia allí. Entonces, es muy razonable anticipar que ese tipo de problemas se tendrán que resolver en estas relaciones. Yo pienso que cuando menos militar sea su participación en la región, mejor serán sus relaciones con los países, dice Sisson.
Según Yeo, las medidas para impulsar la fabricación de chips en Estados Unidos, para reducir la brecha con China, pone en una situación muy difícil “a países aliados como Corea del Sur o Japón, que producen semiconductores en China”.