Irán reiteró su defensa de la pena de muerte como parte de su marco legal, afirmando que se reserva su uso exclusivamente para "los delitos más graves". La declaración oficial ocurrió en medio de una creciente presión internacional contra el país persa en función de una presunta falta de "juicios justos" en las ejecuciones. Pero también por las negociaciones para limitar su programa nuclear.
La declaración de este lunes 28 de julio ocurrió tras una fuerte crítica por parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Volker Turk, quien exhortó a Teherán a establecer una moratoria inmediata sobre las ejecuciones debido a su "preocupante aumento".
"La pena capital está reconocida en las leyes internas de Irán para una serie de los crímenes más severos", afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Esmaeil Baqaei, quien aseguró además que el país “está esforzándose por limitar su aplicación a los delitos más graves”.
Qué dice el informe de la ONU sobre Irán
Según datos proporcionados por la ONU, Irán ejecutó al menos a 612 personas en los primeros seis meses de 2025, una cifra que más que duplica la del mismo período del año anterior. El 40% de esas ejecuciones estaría vinculado a delitos relacionados con drogas. No obstante, el informe de Naciones Unidas alerta también sobre el uso frecuente de cargos vagos como "corrupción en la tierra", muchas veces dirigidos contra disidentes políticos de la República Islámica liderada por el ayatolá Alí Jamenei.
Turk señaló que en numerosos casos "no se cumplen las garantías mínimas de un juicio justo", agregando que muchos procesos se llevan a cabo a puerta cerrada. El Alto Comisionado advirtió además sobre un nuevo borrador legal que redefine delitos como el espionaje y la colaboración con "Estados hostiles", ampliando los supuestos que podrían llevar a la imposición de la pena capital.
La ONU y diversos organismos de derechos humanos alertaron que en 2024 aumentó globalmente el uso de la pena de muerte —con al menos 1.500 ejecuciones en 15 países, concentradas en Irán, Arabia Saudita e Irak— mientras el Alto Comisionado subraya que un 40‑52 % fueron por delitos de droga, muchos sin garantías judiciales; paralelamente, más de 113 países han abolido total o parcialmente la pena capital en ley o en práctica. Mientras tanto, según un informe de Amnistía Internacional citado por AP, en Estados Unidos ya van 26 ejecuciones en 2025, el nivel más alto de la década.

Acusaciones desde medios opositores y denuncias internacionales
Paralelamente, medios opositores al gobierno de Irán, como el británico The Sun, han publicado reportajes que describen un entorno de represión intensificada dentro del país de Medio Oriente tras el ataque de Israel que derivó en un conflicto abierto el mes pasado. El periódico británico citó casos como los de Mehdi Hassani y Behrouz Ehsani, supuestamente ejecutados por cargos de motivación política. También denunció acciones de aislamiento, tortura y traslado forzado de prisioneros políticos, basándose en testimonios y cartas atribuidas a reclusos como Saeed Masouri.
Aunque estos informes no han sido verificados de manera independiente por organismos internacionales, han generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos. La presidenta electa del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, Maryam Rajavi, llamó a la ONU a tomar "medidas concretas" frente al aumento de ejecuciones y represión.
Sin embargo, Teherán mantiene su postura: el uso de la pena de muerte se da dentro de su marco legal soberano, y la reciente maniobra diplomática europea es vista como una distracción de las negociaciones nucleares. "No se puede esperar que un país permanezca en el Tratado de No Proliferación mientras se le niega su derecho al uso pacífico de la energía nuclear", sostuvo Baqaei.
La presión diplomática contra Irán
Las tensiones entre Irán y las potencias occidentales no se limitan al tema de derechos humanos. Esta misma semana, Francia instó a la República Islámica a negociar un acuerdo más amplio que abarque no solo su programa nuclear, sino también su arsenal de misiles balísticos y su influencia regional. Ante ello, el portavoz del canciller iraní fue tajante: "Sobre los asuntos relativos a nuestras capacidades defensivas, no habrá absolutamente ninguna discusión". En tanto, Teherán insistió con que su programa militar, incluyendo sus misiles, son de naturaleza defensiva.
Estas declaraciones se producen tras un reciente encuentro en Estambul entre diplomáticos iraníes y representantes de los países europeos firmantes del acuerdo nuclear de 2015 —Francia, Alemania y Reino Unido (el grupo E3). Según Baqaei, el diálogo se centró exclusivamente en el programa nuclear y las sanciones, y cualquier intento de ampliar la agenda es "una muestra de confusión por parte del otro lado".
El ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, advirtió el domingo que si no se alcanza un acuerdo "robusto y verificable" antes de fin de verano, los países del E3 no tendrían "otra opción que reimponer el embargo global" levantado hace una década.
CD/EM