INTERNACIONAL
un mussoliniano y un católico ultraconservador

Italia confirma su vuelco hacia la derecha: Giorgia Meloni entrega el control del Congreso a dos ultras

La primera ministra “in pectore” eligió a Ignazio La Russa, con quien fundó Hermanos de Italia y que tiene una larga historia familiar con el fascismo, para presidir el Senado, y a Lorenzo Fontana, un historiador de la Liga, enemigo declarado de la “teoría de género” y de “asquerosidades” como las familias que no estén integradas por un papá y una mamá. Las negociaciones dejaron fuera a Forza Italia, de Silvio Berlusconi, quien hizo saber su enojo. Sin el apoyo de Il Cavaliere, y con dos extremistas en el Parlamento, podría tener serios problemas para asegurarse una mayoría que le garantice la confianza al gobierno.

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Sola. La casi segura primera ministra vota en la elección del presidente de la Cámara de Diputados. | AFP

El arranque formal de la XIX Legislatura italiana, surgida de las elecciones del 25 de septiembre, confirma el giro a la derecha, con guiños claros hacia la extrema derecha y los sectores católicos más conservadores, que representó el triunfo en las urnas de Hermanos de Italia (FdI, siglas en italiano), el partido posfascista liderado por Giorgia Meloni, la primera ministra “in pectore” que, todo indica, en los próximos días presentará un gobierno al presidente Sergio Mattarella y luego, de no mediar algún imprevisto, recibirá la confianza del Congreso.

Sin embargo, los temores a ruidos y cortocircuitos entre los aliados de centroderecha ya comenzaron a surgir.

Será un Parlamento presidido por auténticos derechistas, sin ninguna moderación, con un historial de polémicas y posiciones irreductibles (ver recuadro): Ignazio La Russa, de FdI, que liderará el Senado y Lorenzo Fontana, de la Liga de Matteo Salvini, que estará al frente de la Cámara de Diputados.

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“Uno es un nostálgico de Mussolini y otro de la Santa Inquisición”, los definió el presidente de la región Puglia, en el sur, Michele Emiliano, quien destacó la obsesión de Fontana con defender la “autonomía” de las regiones, que reafirmó en su discurso inaugural como presidente de la Cámara. Ese afán por garantizar la autonomía es la evolución del separatismo original que impulsaba la Liga cuando todavía se llamaba Liga del Norte. Es decir, ahora no proponen separar las ricas regiones del norte, pero sí volverlas “casi” independientes con una gran autonomía, con un poder central más limitado a la hora de tratar de reducir las históricas desigualdades con el sur. “El discurso de Fontana fue una declaración de guerra al Sur”, dramatizó Emiliano.

Paradoja. La paradoja de este giro a la derecha de Italia es que Silvio Berlusconi, Il Cavaliere, y su Forza Italia (FI), era el elemento moderador de la alianza vencedora, que completaban los Hermanos de Italia y la Liga. Conscientes de las tensiones que sin duda surgirían a la hora de formar gobierno, Meloni, Salvini y Berlusconi acordaron antes de los comicios que quien sacara más votos sería el primer ministro y a él tocaría distribuir los 14 ministerios. No fue él, sino ella: las urnas arrojaron un claro resultado, porque Meloni superó el 26 por ciento y cuadruplicó los votos de su partido de 2018 y superó los sufragios sumados de sus dos socios. La Liga obtuvo un 8,77 y Forza Italia 8,11, pero todo indica que la “repartija” de cargos no será equitativa entre ellos. En principio, FI ya se quedó afuera de las presidencias del Parlamento y Berlusconi debió soportar que Meloni le vetara a una de sus más cercanas colaboradoras, Licia Ronzulli, para la que quería un ministerio.

La bronca del ex primer ministro ya fue evidente el jueves, cuando sus senadores no acompañaron el voto para elegir a La Russa, que fue electo porque recibió apoyos de la oposición de centroizquierda, una “traición” que el actual líder del Partido Democrático, Enrico Letta, prometió investigar.

Apuntes. Il Cavaliere, que conoce los medios como nadie, y sabe cómo aprovecharlos, ideó una forma para expresar su malestar al copiar un episodio que alguna vez vivió Joe Biden, cuando los fotógrafos captaron una hoja en la que había anotado qué debía decir en una conferencia de prensa luego de haber hablado con Vladimir Putin. El jueves, después de tener un duro cruce con La Russa, al que dedicó un ‘vaffanculo’ bien evidente para que lo vieran los cronistas, colocó una carpeta de apuntes bien visible sobre su banca de senador, en la que había escrito en la primera página algunas ideas. Decía: “Giorgia Meloni. Comportamiento: obstinado, prepotente, arrogante, ofensivo. Sin voluntad de cambio. Es alguien con quien no te podés poner de acuerdo”. Un fotógrafo de La Reppublica fue el “brazo ejecutor” y la foto dio la vuelta a Italia y al mundo.

Por la noche, la propia Meloni respondió a través de los medios: “me parece que en esos apuntes faltaban un punto y es “no chantajeable”, dijo al salir del Congreso, donde lleva adelante las negociaciones para la formación del gobierno.

También La Russa intervino: “yo creo que el presidente Berlusconi debería declarar lo que yo creo, que la foto es un fake”.

El final de los apuntes de Berluasconi permiten suponer que habrá nuevos nubarrones para la conformación del próximo gobierno: “Giorgia no está dispuesta a los cambios, es alguien con quien no se puede estar de acuerdo”. Y la designación de La Russa y de Fontana, dos auténticos extremistas, también permite suponer que para Meloni será muy difícil obtener votos del centroizquierda. Se vienen días intensos para la política italiana.