INTERNACIONAL
elecciones el proximo domingo

Italia va a las urnas con una única certeza: la influencia de Berlusconi

A sus 81 años, puede ser la llave para formar una coalición capaz de gobernar. Aunque no es candidato, lidera la estrategia de la derecha en un marco de total incertidumbre.

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Inoxidable. El ex premier tiene un rol clave en la alianza entre su partido Forza Italia y la xenófoba Liga Norte, del candidato Matteo Salvini. | AP

Con su cuota de incertidumbre característica, Italia celebrará la semana próxima unas elecciones en las que podría nacer el próximo gobierno del país. Eso dependerá de la flexibilidad de los principales partidos para conformar una coalición con una mayoría parlamentaria suficiente como para designar a un nuevo primer ministro. Aunque aún nadie se atreve a vaticinar si tal cosa será posible, ni en qué términos ni condiciones, existe al menos una certeza: Silvio Berlusconi jugará un papel clave en la resolución de la cuestión.

En los comicios del próximo domingo se estrenará la nueva ley electoral italiana, diseñada para favorecer a las grandes coaliciones, ya que establece que para gobernar se necesita el 40% de los votos, un número prácticamente inalcanzable para cualquier partido.

Bien lo saben los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5S), que hace cinco años fueron el partido más votado, pero no pudieron formar gobierno por sus pretensiones de “pureza” que les impiden mezclarse con la partidocracia tradicional. La nueva ley pone las cosas todavía más difíciles para los candidatos del movimiento fundado por el cómico Beppe Grillo, hoy relegado dentro del M5S, pese a que todas las encuestas los ubican primeros con una intención de voto cercana al 25%. Probablemente, el M5S será la fuerza mayoritaria en el Parlamento, pero no tendrá suficientes votos para formar gobierno, a menos que traicione sus principios fundacionales y negocie con otros partidos.

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El viejo Silvio. Y allí es donde Berlusconi, de 81 años, entra en escena. Desde 2013, cuando fue condenado por fraude fiscal, el ex premier está inhabilitado para ejercer cargos públicos. Sin embargo, sigue liderando a la centroderecha reunida bajo el sello de Forza Italia, con un 16% de intención de voto en los sondeos y socia política de dos partidos de extrema derecha: los Hermanos de Italia y la Liga Norte. Matteo Salvini, líder de la Liga y candidato a premier, es un xenófobo que propone expulsar a medio millón de inmigrantes, blindar las fronteras italianas e ir al choque frontal con Bruselas.

A Berlusconi le gusta mucho la campaña electoral, y sabe cómo hacerla de forma divertida, hablando mucho y demostrando que es original, tiene fantasía e imaginación política: que es un ganador –dijo a PERFIL el politólogo italiano Gianfranco Pasquino, profesor emérito de la Universidad de Bologna–. Pero también tiene 81 años y su principal ‘enemigo’, el M5S, es un fenómeno que no comprende y que tiene una fuerte presencia en el electorado antipolítico que él mismo movilizó durante años. Ahora su papel es formar una coalición ganadora de centroderecha”.

Juntos, Berlusconi y sus aliados radicales superarían en votos al M5S, pero aún así les faltarían algunos puntos porcentuales para alcanzar el mágico 40%. En ese caso, una alternativa sería apostar a una gran coalición al estilo alemán, que cobije tanto a la derecha como a la socialdemocracia del Partido Democrático (PD), liderado por el ex premier Matteo Renzi, y a sus aliados. Con tal de frustrar el proyecto antisistema del M5S, la centroizquierda italiana estaría dispuesta a cerrar filas con el inoxidable Silvio Berlusconi.

Sin embargo, hoy parece imposible que el PD y la Liga acepten coexistir bajo un mismo gobierno. Y, sin la Liga, el PD y Forza Italia no alcanzarían la cantidad de escaños necesaria. El riesgo de que nadie pueda formar gobierno invoca el fantasma del bloqueo político y la inestabilidad que llevó a que Italia tuviera tres primeros ministros en apenas cinco años.

Queda, sin embargo, una última opción: el transfuguismo parlamentario, otra vieja tradición de la política italiana. Si la coalición de centroderecha consigue los votos que le pronostican las encuestas, sólo le faltarán unos veinte o treinta parlamentarios para poder formar gobierno. Berlusconi, se sabe, domina las artes de la seducción política. Si logra convencer a un par de decenas de legisladores para que abandonen sus bancadas y lo acompañen, su espacio podrá designar al nuevo premier. Siempre y cuando la Liga no supere en las urnas a Forza Italia, lo que convertiría a Salvini en el primus inter pares dentro de la coalición, por encima del ex Cavaliere.

Según Pasquino, el alto porcentaje de indecisos, hoy cerca del 45%, no implica que exista una apatía general ante la elección. “Significa que los votantes esperan ver algo más, ya que el menú ofrece muchas alternativas”.