El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió por primera vez como mandatario con el Papa Francisco, en el marco de la cumbre del G20 de dos días en la capital italiana. El encuentro duró unos 75 minutos, informó la oficina de prensa de la Santa Sede, mucho más que otras conversaciones del papa con los jefes de Estado y Gobierno que lo visitan y, tras ella, se intercambiaron regalos.
El papa Francisco entregó a Biden una cerámica que representa a un peregrino, sus escritos y su mensaje para la Jornada de la Paz y, por su parte, el mandatario estadounidense regaló al papa una casulla bordada a mano de 1930, de la Compañía de Jesús, que pertenecía a la colección de la Iglesia de la Santa Trinidad de Washington.
El encuentro se realizó, de acuerdo a la tradición, en la biblioteca privada del papa en el palacio apostólico. Un comunicado de la Casa Blanca señaló que la reunión del jefe de la Iglesia católica y el presidente la reunión giraría en torno a "cómo trabajar juntos en iniciativas basadas en el respeto de la dignidad humana fundamental, incluida la eliminación de la pandemia de Covid-19, la lucha contra el clima y la compasión con los pobres".
Por otra parte, la agenda de Biden prevé después una reunión con el jefe de Estado italiano, Sergio Mattarela, en el palacio del Quirinale y un bilateral con el primer ministro y anfitrión de la cumbre del G20, Mario Draghi. Además, se reunirá con el presidente francés, Emmanuel Macron, con quien hubo conflictos a mediados de septiembre por los contratos de submarinos.
Luego, el mandatario estadounidense se trasladará a Glasgow, Reino Unido, para participar en la cumbre climática de Naciones Unidas COP26.
El aborto
Cabe resaltar que Biden es católico practicante, por lo que la reunión es fundamental para el segundo presidente católico de la nación, teniendo en cuenta que asiste a misa casi todas las semanas, hace la señal de la cruz durante sus discursos y tiene una foto de Francisco en el Despacho Oval junto con los marcos de su esposa y nietos.
Sin embargo, una parte de la jerarquía católica critica su posición a favor del derecho al aborto, mientras que Bergoglio lo calificó recientemente de “asesinato”, aunque se distanció de aquellos obispos estadounidenses que están en contra de que los políticos que apoyan el derecho al aborto no puedan tener la comunión.
"La comunión no es un premio para los perfectos, la comunión es un don, es un regalo", y el que no puede tomar la comunión es el que "no está dentro de la comunidad", había considerado el Pontífice en septiembre pasado.
CFT/FL