Muamar Kadafi se ha convertido, en las últimas semanas, en un paria internacional, tras la represión que viene llevando a cabo contra los grupos de manifestantes que piden su renuncia y que ya ha dejado centenares de muertos. Pero hubo tiempos en los que no sólo era el centro de atracción mundial, sino también un gran amigo de la Argentina.
Es que el líder libio es una caja de sorpresas capaz de dejar sin palabras, con sus actitudes, a cualquier analista internacional. Y así lo hizo durante la Guerra de Malvinas, cuando decidió apoyar abiertamente al gobierno del general Leopoldo Fortunato Galtieri. Si bien existía una relación bilateral desde 1973, luego del ingreso de la Argentina al Movimiento de Países No Alineados (MPNA) y la visita de José López Rega a Trípoli al año siguiente, los vínculos no pasaban de meros intereses comerciales.
Eran más los puntos que separaban a ambos países que las coincidencias, sacando los negocios. Esto se profundizó con la llegada de la última dictadura militar, ya que Libia tenía un régimen musulmán pro soviético y Buenos Aires uno “occidental y cristiano”. Incluso, el gobierno libio se dedicaba a entrenar a miembros de Montoneros en sus bases. Por eso es que hasta la propia Junta se sorprendió cuando, a principios de abril de 1982, Kadafi se ofreció a enviarles ayuda para enfrentar una guerra contra Inglaterra, que ya se veía como inevitable.
Si bien, en un comienzo, el gobierno militar le dio poca importancia a este gesto, con el correr de las semanas fue tornándose cada vez más trascendente a medida que crecía su aislamiento internacional, tras los embargos de la Comunidad Económica Europea, el Commonwealth y, finalmente, el de los Estados Unidos.
Entonces, la Junta decidió enviar a Trípoli una comitiva compuesta por el brigadier Teodoro Waldner, el contraalmirante Juan Carlos Marengo, el coronel José Dante Caridi, el sacerdote Aníbal Fosbery y el profesor Eduardo Sarme, a quienes se les sumó el agregado cultural de la embajada libia en Buenos Aires, Mohamed Khalifa Rhaiam. El objetivo era analizar la oferta y tomar contacto más cercano con la administración Kadafi.
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