El ministro de Economía, Axel Kicillof, se mostró confiado al sostener que la Cumbre del G-20 "no va a eludir" la controversia generada por el reclamo de los fondos buitres. A su vez, afirmó que espera obtener "todo el apoyo" de ese foro internacional para la "reestructuración de la deuda soberana" de los países.
En el marco de la reunión de líderes de las 19 naciones más poderosas del mundo y la Unión Europea en Australia, Kicillof advirtió que "muchos de los países acá presentes están cercanos al ciento por ciento en la relación deuda-producto. En zona de riesgo".
"Y cuando uno habla de reestructuración evidentemente aparece el tema de los buitres, porque donde hay una reestructuración hay un enjambre de buitres esperando. Son una plaga mundial", agregó el jefe del Palacio de Hacienda.
Durante una conferencia de prensa en Brisbane, el ministro de Economía apuntó que la crisis financiera internacional "empieza con un problema de deuda, sigue con un problema de deuda y transcurre todavía hoy con un problema de deuda". Kicillof viajó a Australia para representar en la cumbre internacional, junto con el canciller Héctor Timerman, a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que se recupera de una infección intestinal.
Para el funcionario, "hay una preocupación generalizada por el proceso de reestructuración de deuda" y esta posición quedó reflejada en el pedido hecho por Brasil y Francia para que el tema aparezca en la declaración final de esta edición del G20. En este sentido, Kicillof se mostró confiado en que el conflicto con los fondos "va a ser un tema del G-20 indudablemente" y argumentó que "se habla de 900 mil millones de dólares en títulos con cláusulas pari passu".
Además, el funcionario se refirió también a los intentos del Fondo Monetario Internacional (FMI) de definir un marco para resolver los reclamos de los bonistas. "Hay muchos que piensan que la solución puede estar en el FMI, que puede estar en los cambios de los contratos, la verdad es que nosotros celebramos que se propongan diversas soluciones, lo que pasa es que nos parece insuficiente", dijo.
Sin embargo, Kicillof consideró que el organismo internacional "tiene que tener un papel, también los contratos tienen que modificarse, pero la verdad es que se necesita instrumentar algún mecanismo internacional de solución de diferendos que permita que los ataques de los fondos buitre, que han sido feroces y lo van a seguir siendo, no puedan reproducirse".
El Gobierno busca que el G-20 respalde la necesidad de avanzar con un proyecto que promueva un marco jurídico multilateral sobre reestructuración de deudas.
Sin embargo, la misión no será accesible porque el plenario de las Naciones Unidas apoyó por amplia mayoría la propuesta de avanzar con un acuerdo multilateral, pero la iniciativa chocó con la negativa de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Japón y Canadá.
Timerman, a su vez, resaltó que "muchos países quieren una resolución al nivel de Naciones Unidas" y confirmó que "este será un tema importante no solo en el G-20 sino también en el resto de los foros internacionales".