Los disparos del ejército de Vladimir Putin alcanzaron un edificio destruyendo su último piso y desatando un incendio que extendió los daños a los edificios contiguos. Dos personas murieron producto de este ataque, según informó la agencia de noticias Europa Press.
Además, las tropas rusas cortaron los accesos a Kiev y buscan destruir las capacidades logísticas con el fin de preparar un ataque a la ciudad, así lo aseguró Oleksiy Kuleba, el gobernador de la región. La zona se encuentra bajo un toque de queda de 36 horas mientras que la periferia de la capital de Ucrania sufre la falta de agua y calefacción.
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Además de no contar con los servicios básicos, los combates afectan a edificios residenciales e importantes puntos de la ciudad: "Jardines de infantes, museos, iglesias, bloques de departamentos e infraestructura están sufriendo ataques sin fin", dijo Kuleba.
Mientras se espera el gran salto a Kiev, Rusia ocupa la ciudad de Ivankiv, situada a 80 kilómetros al norte y controla la frontera con Bielorrusia. Sobre todo, el combate es álgido en ciudades periféricas a la capital ucraniana como es el caso de Jarkov, Mariupol y Mikolaiv.
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Putin acapara una flota de aviones
Por otra parte, mientras Rusia es sancionada por varios países de occidente que buscan obstaculizar y frenar la invasión, Putin se apropia de más de 500 aeronaves comerciales. El mandatario firmó una ley para registrar los aviones extranjeros en territorio ruso y así aprovechar la ventaja logística que representa la flota en el marco de la operación militar.
Rusia alegó que estas medidas responden a las sanciones que reciben de Occidente. Como parte de las mismas también prohibieron la entrada al país de 13 funcionarios estadounidenses, incluyendo al presidente Joe Biden y a Hillary Clinton.
CB/ff