Desde Alemania, uno de los aliados más fieles de Israel, hasta China, que denunció “acciones peligrosas”, el plan israelí para tomar el control de Ciudad de Gaza provocó la condena internacional.
Uno de los primeros fue el secretario general de la ONU, António Guterres, quien dijo estar “gravemente alarmado” por la decisión de Israel y alertó que supone una “peligrosa escalada”.
El Consejo de Seguridad del organismo celebrará una reunión de urgencia para abordar esta cuestión.
El plan del gobierno israelí “debe detenerse de inmediato”, urgió el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk. Este plan “va en contra de la decisión de la Corte Internacional de Justicia según la cual Israel debe poner fin a su ocupación lo antes posible, de la realización de la solución acordada de dos Estados y del derecho de los palestinos a la autodeterminación”, agregó.
Alemania, uno de los aliados históricos de Israel, dio un giro a su política. “Cada vez más difícil de entender” cómo el plan militar israelí ayudaría a lograr objetivos legítimos, dijo el jefe del gobierno alemán Friedrich Merz al hacer pública la decisión de Berlín.
“Con la ofensiva prevista, el gobierno israelí tiene una responsabilidad aún mayor que antes”, agregó Merz en referencia al suministro de ayuda a la población civil en la región. “Debe permitir un acceso completo para la entrega de ayuda, incluidas las organizaciones de la ONU y otras instituciones no gubernamentales”, exigió.
Francia, por su parte, condenó “en los términos más fuertes” el plan del gobierno israelí, y subrayó que puede llevar a “un bloqueo absoluto” de la zona.
Para el Reino Unido, “la decisión del gobierno israelí de intensificar su ofensiva en Gaza es un error, y le instamos a reconsiderar su decisión de inmediato”, declaró el primer ministro británico Keir Starmer.
“Esta acción no contribuirá en nada a poner fin al conflicto ni a lograr la liberación de los rehenes. Solo provocará más masacres”, estimó Starmer, quien hasta ahora había mantenido buenas relaciones con Israel.
El gobierno del español Pedro Sánchez, quien hace tiempo realiza críticas al gobierno de Benjamin Netanyahu, fue enfático. “Condenamos con firmeza la decisión del gobierno israelí de escalar en la ocupación militar de Gaza. Solo provocaría más destrucción y sufrimiento. Urge un alto el fuego permanente, la entrada masiva e inmediata de ayuda humanitaria y la liberación de todos los rehenes”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores, José Albares.
La titular de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, manifestó que “el gobierno israelí debe dar marcha atrás en su decisión de prolongar su operación militar en Gaza”. “Es necesario un alto el fuego de forma inmediata”, afirmó.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, advirtió que el plan israelí tendrá “consecuencias” en la relaciones con la Unión Europea.
China expresó “serias preocupaciones” sobre el plan de Israel e instó a “cesar de inmediato sus acciones peligrosas”. “Gaza pertenece al pueblo palestino y es una parte inseparable del territorio palestino”, reaccionó la Cancillería china.
Los países árabes, que buscan una solución al conflicto, se mostraron muy indignados con el gobierno de Netanyahu. Arabia Saudita condenó “categóricamente la continuación de los crímenes de hambruna, las prácticas brutales y la limpieza étnica contra el pueblo hermano palestino”.
El rey Abdalá II de Jordania expresó su “rechazo categórico” al plan israelí, que “socava la solución de dos Estados y los derechos del pueblo palestino”. En la misma línea se pronunció la Cancillería de Egipto, un país que mantiene estrechos lazos con Israel.