Nada impide a Francesco Schettino, el capitán del hundido crucero Costa Concordia, ese que protagonizó la mayor tragedia de estos tiempos, disfrutar de los últimos soles del verano europeo. Sacando provecho a la restricción de mantenerse dentro de los límites de Nápoles –donde vive, en Meta di Sorrento, al sur de la provincia–, pasa sus días a puro mar, acompañado de su mujer, Fabiola Russo. Ella, que no se fue de su lado ni en los momentos más difíciles, ahora se relaja con su marido en una playa privada.
Hace dos semanas el capitán declaró por primera vez en la audiencia previa al juicio sobre el hundimiento del mencionado crucero y negó tener responsablidad en la tragedia que le quitó la vida a 32 personas.
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