Facundo Molares, alias “Camilo”, no es un guerrero sino un ideólogo que conquista corazones de campesinos para involucrarlos en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y hacerlos participar de las actividades ilegales. Con esa responsabilidad, se convirtió en el argentino más poderoso de la guerrilla colombiana.
El joven argentino llegó al municipio de San Vicente de Caguán, en el sur colombiano, para enrolarse en 1999, pero su intención fue rechazada porque los líderes de las FARC pensaron que podía ser un infiltrado. En ese entonces el presidente colombiano era Andrés Pastrana (1998-2002), quien tenía una política de diálogo y negociación hacia aquellos grupos que se habían apartado de la vida democrática y habían elegido el camino de las armas.
Luego de un tiempo y debido a su insistencia, fue aceptado en el grupo terrorista. Según los organismos de seguridad colombianos esto habría sucedido en febrero de 2003, tras haber ingresado nuevamente al país el 7 de junio del mismo año. El encuentro habría sido un lugar conocido como Los Pozos en el departamento del Caquetá.