Una importante logia masónica europea que, según investigadores e historiadores, tuvo una fuerte influencia en Argentina, volvió a ser tapa de los diarios del mundo. Luigi Bisignani, un misterioso empresario faccendiere (intermediario), ex miembro de la Logia Propaganda Due (P2), montó una nueva red de poder para hacer lobby a favor del controvertido primer ministro Silvio Berlusconi.
El caso se presenta en los medios italianos como "P4", debido a que luego de la conocida "P2", se hizo público el escándalo de la Logia "P3", en la que se involucró al empresario Flavio Carboni. A Carboni se lo acusó de crear una organización que agrupaba a empresarios, mafiosos, políticos y jueces que apuntaba a favorecer al "Cesare" -tal como se identifica a Berlusconi en las escuchas telefónicas- ante distintos conflictos.
En el actual caso, Bisignani, asesor de Il Cavaliere, está acusado por la fiscalía de Nápoles de montar una "asociación secreta" para delinquir a través de "informes falsos" que utilizaba para "chantajear, hacer nombramientos en el Parlamento, ejercer presiones, estrechar relaciones, hacer negocios e influir a las instituciones".
Considerado un hombre clave del círculo oficial, a Bisignani se lo sindica como el creador de una red de influencias a través de la cual extorsionaba a funcionarios y legisladores. En las recientes escuchas telefónicas investigadas por la Justicia italiana se le oye dar órdenes a ministros y líderes empresariales. Los llamados siempre apuntaron a prevenir evitar la caída del gobierno de Berlusconi. Asimismo se lo relaciona como el poder detrás de la sombra del número dos del Gobierno, el ministro de Economía Gianni Letta.
El misterioso masón. A Bisignani se lo conoce como un faccendiere, que en la jerga es un término despectivo para señalar a alguien con actividades poco claras. Nació en 1953, es hijo de un directivo de Pirelli y fue miembro de la logia masónica P2 dirigida por Licio Gelli. Propaganda Due fue una organización secreta que operó a finales de los años 70 introduciendo a personas de confianza dentro de las principales instituciones del país. Silvio Berlusconi fue el miembro masón número 1816, tal como reseñaba su tarjeta de presentación.
En Argentina, P2 tuvo un acercamiento destacable a políticos y militares. Raúl Lastiri, presidente interino; Orlando Agosti y Jorge Rafael Videla, integrantes de la Junta Militar de la dictadura, fueron algunos de los argentinos relacionados con la masonería. Incluso a Emilio Massera la Justicia italiana, que lo procesa por la muerte de tres ítalo-argentinos, lo ligó a la logia. José López Rega, ministro de Bienestar Social (1973-1975), conocido amante del ocultismo, también participó de reuniones junto a Gelli. Y éste habría sido el camino para iniciar además a Juan Domingo Perón en la masonería, según contó al Diario PERFIL el lider de la P2 de aquellos años.