Manuel Zelaya llegó a Costa Rica y apenas bajado del avión dijo que venía "a escuchar" que le van a ofrecer, pero que no está dispuesto a negociar. El depuesto presidente hondureño, según relató a la cadena CNN y otros medios, dijo que solamente se iba a limitar a oír como “aquellos que me han depuesto y que establecieron el régimen de facto, piensan irse de una vez”.
Cuando le preguntaron si pensaba sentarse a negociar con el gobierno golpista de Roberto Micheletti, Zelaya frunció el ceño y dijo: “es lo mismo que negociar con un criminal, que violó a tu familia, y ahora quiere que le aceptes las condiciones de tal violación”.
“Espero que Micheletti de una explicación y que diga que condiciones necesita para irse en 24 horas”, dijo Zelaya para luego agregar: “Eso sería un acto honroso para la democracia en América Latina”.
Por su parte Micheletti aun no ha decidido que hacer, si ir él mismo a negociar o enviar a un equipo de trabajo que lo represente.
El mandatario costarricense Oscar Arias tiene la enorme responsabilidad, casi asignada por el gobierno norteamericano y avalada luego por la OEA, de llevar adelante un proceso de mediación. La tarea es nada fácil, por cierto. “Son posiciones muy distantes, pero buscaré un acercamiento, aunque lleve algo de tiempo”, comentó Arias a los medios.
Recordemos que Zelaya ha logrado interés por su situación en la comunidad internacional, y ha recibido inclusive el apoyo político del estadounidense Obama. La secretaria de Estado Hillary Clinton lo recibió el lunes pasado y solicitó a ambas partes que se sometan a un proceso de mediación en Costa Rica.
Pero a la vez, en Honduras había discusiones internas sobre que hacer con Zelaya, si éste sigue insistiendo en volver. El presidente de la Corte Suprema, Jorge Rivera, habría propuesto que se le de una amnistía a Zelaya. Otros congresistas han convocado a un diálogo nacional. Algunos legisladores proponían que se retiren los cargos que pesan contra Zelaya en aspectos políticos (las acusaciones de haber intentado una reforma constitucional sin autorización del Congreso), aunque sugerían continuar con otras acciones judiciales relacionadas con varias causas relacionadas con corrupción en su mandato. Según AFP, el diputado del partido Demócrata Cristiano Aníbal Solís, habría pedido que una amnistía al presidente derrocado sea tenida en cuenta, pues "sería una fórmula aceptable para devolver la paz al país”. De todas formas, casi nadie en el Congreso hondureño ve a Zelaya como presidente de nuevo.
Si bien se habla de una suerte de “amnistía” para Zelaya, no queda claro porqué no se lo ha procesado judicialmente y en cambio sí se lo ha expulsado de Honduras en pijamas. Evidentemente, y tal cual mencionara el Secretario de la OEA a CNN, “nadie me fundamenta si es que tenían una orden judicial porque entonces lo trasladaron hacia otro país”, refiriéndose a los hechos que ocurrieron el 28 de junio. Insulza cree, tal cual lo ha afirmado en consenso la OEA suspendiendo a Honduras por el artículo 21 de la Carta Interamericana, que en Honduras se ha producido una violenta ruptura del orden político y que ahora algunos tratan de aclarar judicialmente lo inexplicable.
(*) Especial para Perfil.com