La policía de Río de Janeiro cree que el asesinato de los médicos fue un error de una banda narco
El hallazgo de los cadáveres de los presuntos sicarios que asesinaron a tres de los cuatro médicos a quienes balearon el jueves a la madrugada en Barra de Tijuca refuerza la hipótesis de que confundieron el objetivo, ya que el blanco era un narco rival. Por eso habrían sido ejecutados por el temible Comando Vermelho (CV), que domina el tráfico en gran parte de Brasil. El gobernador Claudio Castro negó toda posibilidad de un crimen político.
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Agencias
La policía de Río de Janeiro investiga si los tres médicos asesinados el jueves fueron baleados por “error”, en medio de una disputa entre narcotraficantes y milicias parapoliciales en la región oeste de la ciudad, informaron ayer las autoridades.
Los investigadores sospechan que los asesinos fueron ejecutados luego por sus propios pares, a modo de “castigo” tras confundir al blanco del ataque.
Renato Torres, secretario de la Policía Civil local, dijo en conferencia de prensa que “todas las pruebas” hasta ahora “conducen a la primera línea de investigación”, según la cual uno de los médicos fue confundido con un integrante de una milicia parapolicial.
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Según la prensa local, este “miliciano” estaba amenazado de muerte por una banda rival aliado al grupo narcotraficante Comando Vermelho.
El jueves a la madrugada, los médicos estaban sentados a la mesa en un bar del paseo marítimo de Barra da Tijuca, zona acomodada de Río, donde asistirían a un congreso de ortopedia, cuando fueron baleados por varios hombres vestidos de negro que bajaron de un vehículo y huyeron pocos segundos después, según imágenes de las cámaras de seguridad.
Los criminales efectuaron 33 disparos, de acuerdo con los medios.
Después del triple homicidio, las autoridades hallaron cuatro cuerpos, uno de los cuales pertenece a un sospechoso de haber participado del crimen, según Torres. La policía cree que quienes mataron a los médicos por supuesto error fueron ejecutados luego, por orden de un “tribunal del tráfico”.
“Nos parece que hasta ellos mismos se indignaron con la acción de sus miembros y realizaron ese castigo interno”, afirmó el gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro.
“Estamos lidiando con una mafia, una organización criminal peligrosísima”, dijo Castro, quien repudió la “ausencia mínima de pudor de estas organizaciones que cometen un ataque cruel por error”.
“Estamos hablando de una verdadera mafia. Una mafia que hoy es más de lo que fue el narcotráfico o el tráfico de armas. Es una mafia que realmente ha entrado en las instituciones, en los poderes, en el comercio, en los servicios, incluso en el sistema financiero nacional, que lamentablemente tiene sus propios tribunales expandiendo este poder en las más diversas esferas. Es una mafia que se ha ido expandiendo por todo el país”, dijo Castro.
El jefe de la policía afirmó, sin embargo, que no descartan “ninguna” otra hipótesis.
Otro de los médicos ejecutados, identificado como Diego Ralf Bomfim, de 35 años, era hermano de la diputada federal por Sao Paulo Samia Bomfim, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), y cuñado del diputado Glauber Braga, representante de la misma agrupación política por Río de Janeiro.
El PSOL es el mismo partido al que pertenecía Marielle Franco, una concejal negra asesinada en 2018 supuestamente por sus acciones contra milicias paramilitares.
Estos grupos, que surgieron hace unas dos décadas en la zona oeste de Río, dominan actualmente numerosos territorios de la ciudad, donde extorsionan a la población mediante violencia armada y el control de servicios como seguridad, gas, transporte o internet.
Sin embargo, el gobernador Castro aseguró que está descartada “completamente” la motivación política, tras reunirse con el secretario ejecutivo del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Cappelli, en el Palacio de Guanabara, sede del Ejecutivo estatal, informó la Agencia Brasil.
