Jerusalén - Miles de policías israelíes y soldados patrullaban las calles vacías de Jerusalén hoy mientras las fuerzas de seguridad estaban en estado de alerta para la visita del presidente estadounidense George W. Bush.
En cada esquina de las calles que conducen al centro de la ciudad había policías, guardas fronterizos y soldados, que también rodeaban el Hotel del Rey David, donde se alojará el presidente norteamericano durante tres días.
" No podemos permitirnos errores cuando se trata del hombre más poderoso del mundo", afirma Yossi Tosk, uno de los 10.500 agentes del orden israelíes desplegados durante el viaje de Bush.
Ya estaban preparadas las barreras metálicas que debían cerrar cuadras enteras de la ciudad, mientras este país, obsesionado por la seguridad, daba lo mejor de sí para recibir la primera visita de un presidente estadounidense en nueve años.
Un globo blanco equipado con cámaras de vigilancia flotaba en el cielo de Jerusalén y la policía patrullaba los tejados en torno al histórico hotel Rey David. Muchos comercios en el centro de Jerusalén estaban cerrados y se echaba en falta la multitud que habitualmente abarrota el animado centro de la ciudad y su principal mercado.
"Nunca he visto nada igual", afirma Monique, propietaria de una tienda de recuerdos situada enfrente del hotel. "Está completamente vacío. Hasta hice una foto de la calle cuando llegué esta mañana", afirma. "No he tenido a un solo cliente hoy y no espero tener muchos en los próximos días. Tal vez algunos de los empleados del hotel quieran comprar un recuerdo", espera.
Responsables israelíes y palestinos diseñaron durante semanas los medios para garantizar la seguridad del presidente de la primera potencia mundial en los centros superpoblados de una de las regiones más conflictivas del planeta. En Israel, todos los servicios de inteligencia fueron puestos en alerta para esta operación, bautizada "Cielo Despejado", la mayor desde que el papa Juan Pablo II visitó Tierra Santa en marzo de 2000.
En el lado palestino, sólo en Ramalá se desplegarán unos 4.000 oficiales de policía y habrá personal adicional en Belén, donde Bush tiene previsto rezar en la iglesia de la Natividad.
Intensificando la preocupación en materia de seguridad, un miembro estadounidense de Al Qaida llamó a los militantes islamista a atentar contra Bush durante su viaje, afirmando que " no debería ser recibido con flores y aplausos sino con bombas y coches bomba". "La visita paralizará Jerusalén", afirmó un responsable israelí. "Será imposible moverse ni acercarse a ningún lugar que él esté visitando", afirmó.
En Ramalá, comenzó a cerrarse la zona que rodea al edificio gubernamental donde Bush se reunirá con el presidente palestino Mahmud Abas mañana. "Estará prácticamente bajo toque de queda", explicó un responsable de la seguridad palestina.
Bush, que ya visitó Egipto, Jordania e Irak durante su presidencia, pasará la mayor parte del tiempo en Jerusalén pero también visitará Cisjordania y la región de Galilea antes de viajar al Golfo Pérsico y a Egipto.
Unos 400 agentes de seguridad estadounidenses viajan con Bush, así como 200 empleados de la Casa Blanca, según el diario Yediot Aharonot. Además, se dispondrá de 15 equipos caninos norteamericanos especializados en la detección de explosivos, agregó.