Al final la suerte se inclinó a favor de Argentina y la fallida sonda espacial Phobos-Grunt cayó frente a Chile.
Las partes del artefacto que Rusia envió a Marte cayeron hoy en el Océano Pacífico lejos de las costas del país vecino, informaron agencias de noticias rusas citando a un funcionario del Ejército.
Los restos de la nave se precipitaron en el mar a unos 1.250 kilómetros al oeste de la isla de Wellington, ubicada en la región austral de Chile, al sur del Golfo de Penas, dijo el portavoz de las Fuerzas de Defensa Aeroespacial de Rusia, coronel Alexei Zolotukhin, según lo citaron las agencias de noticias estatales RIA e Itar-Tass.
La nave Phobos-Grunt nunca salió de la órbita de la Tierra después de su lanzamiento en noviembre, en una inusual misión interplanetaria del programa espacial ruso.
No estaba claro inmediatamente si todas las partes de la nave que no se quemaron en la atmósfera cayeron en la misma zona, señaló la el sitio de la agencia Reuters.
RIA citó a una fuente no identificada de una rama militar rusa separada diciendo que expertos en balística calcularon que los restos podrían haber caído en cualquier lugar de una amplia zona con centro en Brasil.
En uno de los últimos gráfico trazados por los investigadores, se señalaba que la nave podía caer a 1.600 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Las agencia espacial rusa Roskosmos había dicho que los restos de su nave de 14 toneladas, que incluyen 11 toneladas de combustible para cohetes tóxico, podrían caer en el Océano Atlántico, a mitad de camino entre Brasil y el oeste de África.
Debido a los constantes cambios en la atmósfera superior, que es fuertemente influenciada por la actividad solar, el tiempo y lugar exactos del regreso de la sonda eran desconocidos.
La nave de 165 millones de dólares, diseñada para recoger muestras de suelo de la luna Phobos de Marte, debía realizar la primera misión interplanetaria exitosa de Rusia en más de dos décadas.
Pero se quedó pegada en órbita después de un lanzamiento fallido el 9 de noviembre y desde entonces estuvo perdiendo altitud gradualmente debido a la atracción gravitacional.
Expertos dijeron que los restos representaban pocos riesgos, dado que el tanque de aluminio para el combustible de la sonda se quemaría en la parte alta de la atmósfera.
"Si alguien logra verlo, será un espectáculo fabuloso. No creo que haya existido una explosión de un volumen tan grande de combustible en la historia espacial", dijo Igor Marinin, editor de una revista publicada por Roskosmos, más temprano el domingo.