Un nuevo estallido de violencia se produjo en una ciudad estadounidense por la muerte de un joven afroamericano bajo custodia policial. La Guardia Nacional tuvo que desplegarse por las calles de Baltimore con escudos y bloquear las calles, mientras los bomberos apagaron incendios tras el revuelo que se produjo luego del funeral de Freddie Gray.
Se trata de uno de los episodios más violentos tras los que se sucedieron a la muerte de Michael Brown, un joven negro de 18 años desarmado que murió abatido a tiros en una confrontación con un agente de policía blanco en Ferguson, Missouri, el 9 de agosto del año pasado.
Al menos 15 agentes resultaron heridos, de los cuales seis siguen hospitalizados desde ayer. Además, decenas de personas fueron arrestadas por participar de los disturbios. Varios vehículos de la policía y edificios fueron quemados, un centro comercial y varias licorerías fueron saqueadas y los agitadores lanzaron piedras con tra la policía antimotines, que respondió en algunos casos con gas pimienta.
La opinión pública volvió a cuestionar el accionar de las fuerzas policiales, al considerar que no habría dado una respuesta adecuada a la situación. Esas críticas apuntaron especialmente a la alcaldesa, Stephanie Rawlings-Blake, a quien se le preguntó por qué había tardado horas en pedir al gobernador que declarase el estado de emergencia, y el propio gobernador insinuó que debería haber acudido antes a él.
Para tratar de garantizar la seguridad en Baltimroe se enviarán más efectivos policiales a la ciudad en los próximos días. Asimismo, se impuso un toque de queda diario durante una semana y las escuelas públicas permanecerán cerradas hasta mañana.
La muerte de Freddie Gray fue la última de un listado de jóvenes negros que mueren tras enfrentamientos con la policía: primero fue Michael Brown en Ferguson, Eric Garner en Nueva York y Walter Scott en North Charleston, Carolina del Sur.
Gray fue arrestado el pasado 12 de abril tras ser perseguido y arrestado por la policía. Fue reducido, esposado y metido en una camioneta sin cinturón de seguridad. Pidió asistencia médica en reiteradas ocasiones incluso antes de entrar en el auto policial, pero los paramédicos no recibieron la llamada hasta pasados más de 30 minutos. La policía reconoció que el joven debió ser asistido en el lugar donde fue arrestado, pero no explicaron cómo se lesionó la médula espinal. Falleció uha semana más tarde, el 19 de abril.