Contra todas las predicciones “negacionistas”, especialmente las vertidas por el presidente Jair Bolsonaro, el plan del vacunación contra el Covid-19 para de niños de 5 a 11 años logró despegar en Brasil: hoy comenzó a aplicarse la Coronavac, fabricada integralmente por el Instituto Butantan de San Pablo. Su aplicación fue autorizada este miércoles por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, un organismo que ya había liberado la Pfizer el 16 de diciembre pasado. Las demoras en instrumentar en facilitar la inmunización infantil obedecieron a las trabas surgidas del gobierno, que juzgaba a las vacunas para chicos como “inseguras y nada confiables en su eficacia”.
Mientras el jefe de Estado y sus ministros se sumergían en una discusión ideológica, dándole impulso a los sectores sociales anti vacuna, la realidad mostró que podría ocurrir si no se tomaban medidas urgentes para garantizar que los inmunizantes lleguen a todo el país. Los datos son nefastos: en el estado de San Pablo, por ejemplo, la cantidad de niños internados en unidades de terapia intensiva (UTI) por contagios con el coronavirus aumentó 61% desde diciembre. Lo cierto es que los chicos demostraron entender bien lo que está en juego: las TVs mostraron a varios de ellos que convocaban a sus compañeros a perder el miedo a la inyección y recibir los inmunizantes.
El plan del vacunación contra el Covid-19 para de niños de 5 a 11 años logró despegar en Brasil
Las estadísticas de contagios y muertes diarias de brasileños son poco promisorias. El número de casos trepó de forma impresionante, según informan las autoridades de los gobiernos estaduales. En los primeros 19 días del año se confirmaron 1.135.488 infectados, lo que supera a las contaminaciones computadas en el segundo semestre del año pasado. E implican un aumento de 132% con respecto al último trimestre del año.
Consideradas todas las franjas etarias, el aumento de las hospitalizaciones por cuenta de la pandemia aumentó en dos meses 254%. Desde luego, esto ejerce una fuerte presión en el sistema de salud nacional, con el retorno de largas esperas para los test, tanto en los establecimientos públicos como en los privados.
La evolución del Ómicron no fue prácticamente registrada durante el mes de diciembre, cuando los sistemas del Ministerio de Salud salieron de servicio por invasión de hackers. Por eso, los médicos sanitaristas juzgan que hubo literalmente “un vuelo a ciegas” tanto para los gobiernos de estados provinciales, los municipios, y las administraciones de hospitales públicos y privados.
Hoy Brasil computó 168 mil casos nuevos en 24 horas pero las 324 muertes fueron “relativamente bajas” en comparación con el nivel de los contagios
Esos especialistas no tienen dudas sobre el impacto general que tiene, todavía hoy, “ese apagón epidemiológico”. De acuerdo con la descripción de Domingos Alves, profesor de la Facultad de Medicina de la USP, “no sabemos si los números están estabilizados” y abundó: “Lo cierto es que llegamos a una media de contagios de 100 mil en una semana”.
Los pronósticos de los investigadores, inclusive los del exterior, son sombríos. Un estudio realizado en la Universidad de Washington evaluó que Brasil debe llegar a un ritmo de entre 800 y 1.200 fallecimientos diarios antes de registrar un descenso de la nueva ola de Covid.
Pero esto recién ocurrirá a mediados de febrero o incluso marzo. El descenso comenzaría un mes después de llegar a ese plató. Hoy Brasil computó 168 mil casos nuevos en 24 horas pero las 324 muertes fueron “relativamente bajas” en comparación con el nivel de los contagios.
*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.