“Los internados en los hospitales y en las unidades de terapia intensiva por el Covid-19, son en su gran mayoría, personas no vacunadas” detalló el ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga. Su relato causó sorpresa, por tratarse de un miembro del gobierno de Jair Bolsonaro, que se distingue por su “negacionismo”.
Las declaraciones del funcionario ocurrieron en una reunión con los secretarios de Salud de los estados provinciales del país, donde recibió una advertencia inquietante: “El fuerte aumento de los casos vuelve a imponer desafíos a los sistemas de salud tanto estaduales como municipales” le dijeron a Quiroga aquellos que manejan día a día la salud del país. Le recordaron además que hay un tercio de la población que solo recibió la primera dosis, y eso dejaría “un Brasil vulnerable para una gran ola de casos, que traerá como consecuencia una fuerte presión hospitalaria” avisaron.
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El crecimiento de los casos positivos de Covid, que pasó en apenas tres días de algo más de 34 mil para 97.221 este jueves 13, condujo a establecimientos hospitalarios, públicos y privados, a adoptar medidas draconianas. Por ejemplo, el gobierno de Río de Janeiro resolvió que sanatorios y clínicas suspendan las cirugías programadas y solo atiendan las de urgencia.
Hay un tercio de la población que solo recibió la primera dosis, y eso dejaría “un Brasil vulnerable para una gran ola de casos"
En San Pablo, el número de pacientes en las UTI pegó un fuerte salto a fines de diciembre, en medio de las fiestas de fin de año y con la rápida expansión de Omicron. Esta variante ya es la dominante, como probó una investigación del Instituto Todos por la Salud, al establecer que 98,7% de las muestras infectadas bajo análisis (3.210 en total) corresponden a la cepa identificada en Africa del Sur.
Es cierto que el número de internaciones no puede compararse con el momento de mayor crisis, en junio del año pasado, cuando clínicas y sanatorios colapsaron. Y eso se atribuye directamente al nivel de vacunación: 68% de los brasileños, mayores de 11 años, están totalmente inmunizados, pero permanece un 32% que solo recibió una dosis o ninguna. Y en ese rango se encuentran los niños menores de 11 años, que recién serán vacunados a partir del próximo lunes. En la capital paulista computaron un incremento de 40% en la cantidad de chicos hospitalizados. En el estado de Paraná el alza de infectados que están en las UTI trepó 42% en tan solo dos semanas.
Pero el presidente Jair Bolsonaro parece no haberse enterado del nuevo escenario y sin más le dio la “bienvenida” (sic) a la cepa Omicron, luego de minimizar sus efectos. Otros estados provinciales se encuentran en situación complicada: Amazonas, Tocantins, Pernambuco, Maranhao, Alagoas, Bahía, San Pablo, Minas Gerais y Mato Grosso.
Las autoridades provinciales de Salud le dijeron al ministro Queiroga, que es médico cardiólogo, que “si el sistema hospitalario entra en colapso, tanto en la red pública como en la privada, podrán ocurrir muchas muertes derivadas de la falta de acceso a la internación”.
Por si esto no bastara, los funcionarios regionales apuntaron que “los datos existentes acerca de los casos e inclusive de los fallecimientos no son confiables” por cuenta del hackeo sufrido por el sistema nacional a comienzos de diciembre último. A pesar del tiempo transcurrido, los técnicos no han logrado estabilizarlo y los médicos no consiguen tener una estimación exacta de la gravedad de la pandemia en la actualidad.
Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.