INTERNACIONAL
en derna, en la costa este

Las inundaciones en Libia provocan una “calamidad de proporciones épicas”

Desde el domingo pasado, cuando una tromba de agua reventó dos represas y liberó una riada comparable a un tsunami, socorristas y voluntarios buscan bajo el barro y los escombros de la ciudad de Derna a miles de desaparecidos, una cifra que podría alcanzar proporciones escalofriantes, según temen las autoridades. Por ahora, el balance es de 3.800 muertos. La situación se agrava, porque el país atraviesa una grave crisis, con dos gobiernos que luchan entre sí.

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Desolación. Una tromba de agua equivalente a un maremoto de varios metros arrasó con los edificios y arrastró vehículos y personas. | AFP

Socorristas y voluntarios buscaban ayer entre el barro y los escombros a miles de personas desaparecidas en Derna, una ciudad costera del este de Libia que quedó arrasada por una inundación que barrió la ciudad como un tsunami y dejó al menos 3.800 muertos.

La tromba de agua caída en entre el domingo a la noche y el lunes a la madrugada reventó dos represas y provocó una riada fulgurante comparable a un maremoto de varios metros que arrasó con edificios, vehículos y arrastró a las personas que estaban a su paso. 

Varios países y organizaciones internacionales ofrecieron movilizarse para hacer frente a lo que un funcionario de la ONU calificó como una “calamidad de proporciones épicas”, que golpea además a un país asolado por años de conflicto, donde hay dos gobiernos rivales. 

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“Todavía hay esperanzas de encontrar personas vivas”, dijo Tamer Ramadan, director de las operaciones de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en Libia.

Ramadan evitó dar un balance de muertos, ya que “no sería ni definitivo ni preciso”, dijo a los periodistas en una rueda de prensa en Ginebra. 

El encargado de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA), Martin Griffiths, advirtió que no se conoce “el alcance” de la tragedia y que “el nivel de necesidades, el número de muertos aún se desconoce”. 

El Ministerio del Interior de la autoridad que controla la zona oriental de Libia –que no es el gobierno reconocido por la ONU– informó el miércoles un balance de 3.800 fallecidos.

Pero los balances difieren en este país petrolero que todavía no se recupera de la guerra y el caos que siguieron al levantamiento que derrocó al dictador Muamar Gadafi en 2011, que terminó con una autoridad reconocida internacionalmente en la capital Trípoli y otro gobierno rival en el oriente. 

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo que “más de 38.640” personas fueron desplazadas en las zonas más afectadas del noreste de Libia, incluidas 30 mil solo en Derna.

“Arrastrados por el agua”. Según un fotógrafo de la AFP, el centro de Derna parece un terreno aplastado por una apisonadora. Hay árboles arrancados de raíz, y los edificios y los puentes quedaron arrasados.

Los habitantes de esta ciudad (alrededor de 100 mil) relataron que hay cientos de cuerpos bajo las toneladas de barro y de escombros arrastrados por las aguas.

“El agua venía cargada de barro, de árboles, de trozos de hierro. La riada recorrió kilómetros antes de ocupar el centro de la ciudad y llevarse o allanar todo lo que encontraba en su camino”, dijo Abdelaziz Busmya, un hombre de 29 años que vivía en un barrio que no fue afectado por la inundación. 

“Perdí a amigos y a personas cercanas. Están sepultados bajo el barro, o bien fueron arrastrados por el agua hasta llegar al mar”, contó.

Según él, las autoridades libias no tomaron las medidas de prevención necesarias y se contentaron con ordenar a la gente quedarse en casa antes la llegada de la tormenta Daniel, que provocó estragos a su paso por Turquía, Bulgaria y Grecia.

Muestras de ADN. Desde el domingo se han encontrado decenas de cuerpos cada día, enterrados a veces en fosas comunes. Otros están todavía atrapados en casas o fueron arrastrados al mar y luego son devueltos por las olas, dicen las autoridades sanitarias, que temen posibles epidemias vinculadas a la descomposición de cadáveres.

Las autoridades enfrentan el dilema de si conservar los cuerpos encontrados para poder identificarlos o enterrarlos rápidamente para evitar su descomposición, ya que la capacidad de las morgues es muy limitada y se teme que haya epidemias.

“Estamos intentando tomar muestras de ADN y fotos de las víctimas antes de enterrarlas para ayudar a su identificación más tarde”, dijo a la televisión local el teniente Tarek al Kharraz, portavoz del Ministerio del Interior del gobierno no reconocido del este del país. 

El Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) distribuyó 6 mil bolsas funerarias en la ciudad.

Y la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU lanzó una petición urgente para recaudar más de 71 millones de dólares para ayuda a las 250 mil personas con mayores necesidades de las 884 mil que estiman afectadas.